Ya hace tiempo que publiqué en el blog unos panecillos de hamburguesa sin gluten que en casa gustan mucho y que sirven también para otros usos porque son más tipo pan, pan, con su corteza. Pero a los niños les gustan más los típicos blanditos que se pueden encontrar en cualquier hamburguesería y, aunque había hecho algunos, hasta que no parí la receta de las mediasnoches no había encontrado la fórmula que considero que se acercaba más a lo que quería. Vi claro que con esa mezcla se podrían hacer porque la textura era la que yo quería.
Cuando se me mete una cosa en la cabeza, no queda otra que probarla en cuanto puedo, así que, sin esperar a tener unas semillitas de sésamo para que fueran más vistosos me lancé la semana pasada a la aventura de probarlos, y creedme cuando os digo que esta receta es la definitiva y no le pienso cambiar ni un gramo de nada.
Ingredientes:
- 250 gr. de harina Proceli
- 30 gr. de harina de arroz
- 50 gr. de harina de garbanzo.
- 150 ml de leche
- 1 huevo L
- 1 sobre de levadura seca de panadería (5,5 gr)
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de azúcar invertido (o dos de azúcar blanca normal).
Elaboración:
- Espumar la levadura: Poner en un vaso de plástico un dedo de leche tibia (no caliente) una cucharadita de azúcar blanco y la levadura seca. Mezclar bien y esperar a que la espuma llegue arriba del vaso (el tiempo dependerá de la temperatura de la estancia, pero suelen ser unos 15-20 minutos ahora en invierno).
- En la amasadora, echar la harina, la sal, el huevo, la leche y el azúcar invertido, mezclar unos segundo y añadir la espuma de la levadura.
- Amasar bien la mezcla (durante unos 5 minutos) y, en el mismo recipiente, dejar reposar tapado con un paño hasta que doble su volúmen.
- Volver a amasar unos segundo para sacarle el aire.
- Con las manos mojadas en agua ir sacando porciones de masa darle forma de bola y poner en una bandeja. Aplastarlos hasta tener el diámetro aproximado que queramos para nuestros panes.
- Dejar levar de nuevo hasta que doblen el volúmen.
- Cuando hayan doblado, es el momento de echarles las semillas de sésamo (si tenéis, claro, que esa es otra).
- Encender el horno a 170º y meter la bandeja con las hamburguesas estando frío todavía. Cocer durante, aproximadamente, una media hora o hasta que estén doraditos.
- Dejar enfriar sobre una rejilla.
¡¡Y listos!!
Descongelan a la perfección, así que, si os sobran ¡¡al cajón!!
Yo tengo un sentimiento de amor-odio a las hamburguesas. A las del Mcdonalds, por ejemplo, ahora que las podemos comer, les estoy cogiendo una tirria que no es normal, ¡¡con lo que me gustaban!!, pero en casa es diferente porque tienes un montón de opciones y puedes copiar las de otros sitios ¿no?
¿Os gustan las hamburguesas? ¿Qué les ponéis vosotros?