Hace unos días, en colaboración con pastas Gallo, os conté “Cómo cocinar la pasta sin
gluten perfecta”, pero ¿Sabéis cómo sacarla el máximo
partido una vez cocinada? ¿Y cómo conservarla si nos sobra o hacemos alguna
ración de más?
La pasta sin gluten también puede conservarse en la nevera
durante varios días o en el congelador durante semanas. Aunque es evidente que
la pasta es un plato que gana cuando está recién hecho, tomando algunas
precacuciones podemos conseguir que nuestra pasta conserve sus cualidades,
textura y sabor y, sobre todo, ahorraremos tiempo y trabajo pudiendo hacer un
poquito de más para otra ocasión, para llevarnos nuestro tupper al trabajo o
para tener un recurso rápido cuando llegamos a casa sin tiempo o tenemos que
dejar la comida preparada de un día para otro.
En
primer lugar, tanto si tu idea es conservar la pasta en el frigorífico, como si
quieres hacerlo en el congelador, es importante cocer bien la pasta. Recuerda seguir estos pasos y te quedará perfecta.
Para conservar en el frigorífico:
- Si tenemos que recalentar la pasta después, es importante emplear el tiempo de cocción mínimo indicado por el fabricante (Por ejemplo, la opción al dente que viene en el envase de pastas Gallo sin gluten, es la más adecuada tanto si queremos guardar en nevera como en el congelador).
- Una vez cocida, añadir aceite, mantequilla o margarina, al gusto. El aceite de oliva será lo que menos grasa y calorías aporte, pero la pasta aliñada con mantequilla o margarina adquiere un sabor estupendo. Una vez fria, meter en la nevera.
- Si quieres, puedes guardarla también con la salsa que hayas preparado.
- Utilizar un recipiente de conservación lo más hermético posible o tapar muy bien con papel film.
- También para conservar en el frigorífico, podemos envasar nuestra pasta cocida o con salsa al vacío. Es una opción a la que todos no podemos acceder al carecer de la maquinaria necesaria.
- La pasta en la nevera puede aguantarnos 4 o 5 días.
Para conservar en el congelador.
- Sólo pasta cocida (con nuestro chorro de aceite o mantequilla como he explicado anteriormente)
- Con la salsa elegida. En cuyo caso, la habremos añadido una vez cocida la pasta (y todavía caliente) y dejaremos enfriar antes de meter al congelador.
- Las salsas de tomate y similares son las que mejor aguantan la congelación. Las elaboradas cuya base son cremas, leche o quesos, es mejor añadirlas una vez descongelada la pasta. Aunque todos hemos congelado alguna vez una lasaña y ha quedado perfecta al meterla al horno ¿verdad?. ¡Adelante con ello también si es necesario!
- En la fuente correspondiente. ¡Lista para gratinar! Sólo tenemos que añadir el queso antes de meterlo en el horno.
- La pasta en el congelador puede aguantar 3 o 4 meses.
¿De verdad funciona?
¡¡Siiiii!!!
Son recursos que,
todos aquellos que tenemos poco tiempo, podemos utilizar y seguir disfrutando
de un plato de pasta perfecto.
Por ejemplo, con la pasta aliñada con aceite en la nevera,
podemos elaborar un montón de platos después: añadir simplemente la salsa,
añadir salsa y queso y gratinar o elaborar una ensalada añadiendo nuestros
ingredientes favoritos.
Una
que a mí me encanta es esta templada y sólo con tomates secos hidratados, buen
chorro adicional de aceite de oliva y un poco de sal. En este caso, utilicé
tiburones de la línea de pasta Gallo Singluten que me sobraron cocidos de otro día. Me encanta esta combinación
porque se puede comer frío, templado o incluso caliente.
¿Vosotros tenéis trucos para
conservar la pasta que os sobra?
Gracias por tu artículo, Nuria.
ResponderEliminarDesde que soy celiaca, me cocinaba justo la ración que me iba a comer tratando de que no sobrara nada porque la pasta sin gluten recalentada era horrible, pero las nuevas versiones de marcas como Gallo o la línea de caja azul de Schär, permiten recalentarla sobre todo si se usan bien tus consejos.
Un besito