Cuando era pequeña, cuando un duro era dinero y mucho más de los tres céntimos a los que equivaldría ahora, en el sitio de mi recreo la pastelería no se llamaba pastelería. Tampoco había tienda de chuches que se llamara tienda de chuches -ahora sí- pero había una tienda al lado de casa de la abuela donde sí tenían y también podías comprarlas en la confitería.
La confitería era el destino de todos los domingos de paga. Los mayores compraban amarguillos (¡¡que ricos Dios!!) y bizcochos borrachos y los niños el palote, el chicle cheiw, los caramelos de nata, los sugus, los selz con pica-pica dentro y los de cubalibre y por la tarde galletas napolitanas de canela, que nos vendía sueltas ese señor tan borde (con los niños) mientras nos metía prisa para que decidiésemos rápido en qué gastar nuestro asignación semanal. Después, con sol o nublado, lloviera, tronara o nevara, nos sentábamos en la plaza o en los soportales a dar fin de todo.
El sábado sufrí un flash-back (¡¡otro!!) y ya no quise petit ecolier ni campurrianas y mucho menos oreo. Recordé todo esto y se lo conté a mis hijos, encendí el ordenador, busqué y busqué y luego adapté, y a las pocas horas mi cocina era Castilla y mis domingos de la niñez encerrados en nueve metros cuadrados y olía al cordero asado de la comida y a la canela de las galletas de la merienda. .
Ingredientes:
- 200 gr. de harina (yo hice la mezcla con 200 gr. de harina de arroz, 50 de maizena, 50 de almidón de mandioca y una puntita de goma xantana, pero usé la cantidad de la receta).
- 1 cucharadita de levadura.
- 1 huevo grande.
- 100 gr. de azúcar.
- 100 gr. de mantequilla.
- 2 cucharaditas de canela en polvo.
Elaboración.
Mezclar el huevo con el azúcar, la mantequilla y la canela. Añadir harina poco a poco hasta que tengamos una masa que no se pega a los dedos. Envolver en film transparente y dejar reposar el la nevera durante media hora.
Poner la masa entre dos pliegos de papel vegetal y amasar con el rodillo hasta obtener una capa lo más fina posible. Estas galletas se suelen presentar muy finas, así que el sistema de "despegar" la masa del papel vegetal no me funcionaba bién así que ¿qué hice? Lo corté con las tijeras, así solamente hay que despegar el papel de arriba y el de abajo de la galleta nos sirve para que mantengan la forma y además para que no se peguen a la bandeja del horno.
Meter en el horno precalentado a 180º y dejar hasta que estén doraditas. Espolvorear con azucar y canela y disfrutad, porque son manjar de dioses.
Nos llega el olor a canela de estas estupendas galletas que nos has preparado.
ResponderEliminarTendremos que hacer la receta para probarlas y recordar esos sabores de la infancia.
Besotes
Ana y Víctor.
Que bonitos recuerdos nuria! Mi paga de los domingos eran 50 ptas: 25 ptas iban a "La matilde" (mujer que vendia chuches en mi pueblo) y 25 para el cine... que tiempos eh!
ResponderEliminarFeliz lunes
Cuántos recuerdos vienen a mi cabeza. Las chuches las vendían en el quiosco de periódicos y revistas.
ResponderEliminarDe pequeña mis galletas favoritas eran las napolitanas
Besos,
Emma
¡¡Se me acaban de antojar!!.. Apunto la receta.
ResponderEliminarEstan bonitos todos esos recuerdos y mas cuando van acompañados de esas estupendas galletas.
ResponderEliminarBss
Caminantes,
ResponderEliminarTodo sería tan fácil como abrir una caja de galletas, pero ... nosotros tenemos que hacer estas cosas para recordar aquellos sabores.
Marite,
Yo recuerdo que cuando era muy, muy pequeña, con un duro compraba unas cuantas chuches; después 25 pts y luego las ansiada monedita dorada de 20 duros,q ue esa sí que cundía un montón.
Emma,
El próximo domingo de "horno y cocina" ya sabes, a llenar la casa con el aroma de tu infancia.
Pikerita,
Pues te ofrecería alguna pero ... ¡¡ya han volado!! Que ingrata es la cocina, Dios mío.
Mondraker,
Sí, es curioso como podemos recordar perfectamente estos episodios de la infancia y somos incapaces de recordar lo que comimos hace dos días.
Imprimiendo para hacerlas...que maravilla.
ResponderEliminarIsthar,
ResponderEliminarSi las haces, ten en cuenta en truqui de los papeles y las tijeras, porque eso es precisamente lo que las hace finitas, como las auténticas. Yo la primera hornada no la hice así y son gorditas, aunqeu están igual de buenas, claro.
Hummm...con lo que me gusta a mi la canela!!
ResponderEliminarCarai, que pinta tienen!!!
ResponderEliminarComo bien han dicho por ahí, casi se pueden oler desde aquí.
Y gracias por el recuerdo.
Son detalles de esos que calientan el alma ahora que viene el frío.
A veeee... que estoy repasando la lección. Cortas cuadraditos de papel-masa-papel y así van para el horno?????
ResponderEliminarMaite,
ResponderEliminarPues ya sabes ... o a super o a la cocina. Tú lo tienes fácil.
Jo,
Me encanta esa frase de "detalles que calientan el alma", que hace frio hoy ¿eh? ¡¡pero frio!!
Pikerita,
Corté papel-masa-papel y quité el papel de arriba. Si los metes en la nevera se quitan solos.
¡Ah, jajajajajaja! Las napolitanas, las come la mayor y su papi, pero se han visto en casa, de toda la vida. Yo es que soy muy poco de galletas. Si no recuerdo mal, filipinos y paro de contar.
ResponderEliminarUn beso.
¡¡Filipinos!! Cagüento!! Otro recuerdo de la infancia.
ResponderEliminar¡¡Alejad los fantasmas de mí que luego me vuelvo loca en la cocina!!
por dios que ricas!!! sin probarlas, fijate es un sabor que recuerdo, me copio la receta.
ResponderEliminarPor un momento me he imaginado en corriendo por el pueblo con mis amigos de la infancia.
ResponderEliminarPor cierto, nunca me han gustado las napolitanas pero a estas les pegaba un mordisco.
Como siempre, mi admiración por tu tesón y buenhacer.
Qué buenas tienen que estar!! A ver si nos invitas un día y hacemos quedada bloguera de esas,pero en tu casa,je,je.
ResponderEliminarQué recuerdos, sentadas en el tranco del ayuntamiento después de pasar por el Kiosco, la señora que vendía también era una borde, parece común a todos.
Ayyy! pecadora, que sabía yo que caías, pues ya sabes: fotos
Bss
Jeje, esas no faltan en la despensa...
ResponderEliminarAna Colo
Dior que buena pinta, me encanta el olor de la canela. Me guardo la recetita.
ResponderEliminarEn mi blog también he dejado recetita de magdalenas de zanahorias, fáciles, fáciles.
Petonets
Si sabía yo que en tu cocina el sábado olía a galletas...pensé en las campurrianas, pero veo que te decantáste por éstas de canela. No son santo de mi devoción, pero sé que hay muchos adeptos. Te han quedado PERFECTAS!!
ResponderEliminarSe me olvidó comentar que no estoy nada de acuerdo con la frase cualquier tiempo pasado fue mejor, nada de nada
ResponderEliminarbesos,
Emma
Nieves,
ResponderEliminarSe puede recordar su sabor perfectamente. ¿POr qué será eso?
Marsé,
Gracias. Me alegro de haberte hecho recordar momentos que seguro que fueron buenos.
Yoli,
Jajaa, yo creo que todos estos "chucheros" son bordes para no eternizarse. Sólo hay que ver pedir a los niños y verles dudar en qué se gastan SU dinero, porque cuando van contigo dudan la mitad.
Ana,
¡¡Suertuda!!
Artemisa,
Allá que voy a ver qué se ha cocido en tu blog.
Marisa,
¿sabes a que huele hoy mi cocina? A lo mismo que la tuya cuando yo hice las galletas. ¡¡Que cruz!!
Emma,
Yo me refiero a la infancia, a ese tiempo pasado, y lo mantengo, no creo que haya nada más maravilloso ni una etapa mejor en nuestras vidas que cuando somos niños.
Gracias Nuria
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡Vaya regalo!!!!!!
Nieves, si las pruebas, me cuenta ¿eh?
ResponderEliminarGracias por la excursion mental a la infancia !!! Ahora a ver si pruebo a hacerlas.
ResponderEliminarNuria, en la recetita usaste 200 gr de harina en total entonces son 100 gr de harina de arroz verdad?
ResponderEliminarNo, mira: si te fijas, pone que la mezcla de harinas que hice y las cantidades y luego la cantidad que usé de esa mezcla, que fueron 200 gr.
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