La primera vez que comí un plum-cake fue en casa de mi amiga Silvia. Y no fue lo único. En casa de mi amiga Silvia también comí por primera vez "Filipinos", lei un libro de Agatha Cristie, vi una peli en vídeo y pasé mis primeras tardes en paz, sin hermanos. En mi casa éramos cuatro y ella era hija única. Su casa era como una casita de muñecas, pequeña, muy pequeña, y con el suelo de madera por el que andábamos descalzas siempre. Puedo recordarla a la perfección muchos años después, incluso algunos detalles: la cocina impoluta, los coches en miniatura, la pequeña terraza de ladrillos rojos, la librería, la tele en un ricón, los azulejos verdes y brillantes del baño ... La madre de mi amiga Silvia era la única mujer del mundo más obsesionada limpia que mi madre y también era la única de las madres de mis amigas que a veces compraba en el supermercado del Corte Inglés. Hasta que no llegó la globalización al super no recuerdo que en las tiendas de mi barrio se pudieran encontrar estas cosas. Así que, ir allí, las meriendas de esa casa, eran siempre una sorpresa y un buen homenaje infantil.
Estas cosas hacen mella en una y de vez en cuando sufres un flash-back, te metes en la cocina y, por lo menos, lo intentas:
Esto le eché:
- 100 gr. de mantequilla (pomada)
- 100 gr. de azúcar
- 100 gr. de maizena (aderezada con una cucharadita de goma xantana y 1/2 de celulosa)
- 1/2 sobre de levadura química.
- Pizca de sal.
- 2 huevos
- Ralladura de naranja.
- Pasas
- Ron
Así lo hice:
En primer lugar, puse las pasas en remojo con el ron. Hay que dejarlas que se hidraten bien.
A continuación, batir la mantequilla con el azúcar hasta que esté muy cremoso, añadir lo huevos de uno en uno y a continuación la harina y la ralladura. Batir, batir, batir ... Si es con barillas mucho mejor. Creo que esta receta sólo tiene un truco y es ese. La masa tiene que quedar más densa que la del típico bizcocho. Por último, añadir las pasas enharinadas y mezclar con cuidado con una espátula o similar.
Molde ... y al horno!! El mío estuvo cerca de una hora (30 minutos a 170º y el resto a 150º) porque elegí un molde demasiado pequeño, creció bastante y me daba miedo que quedara crudo y se me chafara. En la foto se aprecia que arriba está un poco tostado, pero dentro está perfecto.
Estas tres rebanaditas son las que se han venido esta mañana conmigo al trabajo con dos mandarinas. Hoy estoy desayunada pero bien.
Nota celiaquil: No es el primer dulce que hago solo con maizena. Cada vez está más claro que si la rodeamos de proteínas funciona solita. Y esto, para qué negarlo, es una bomba en grasas y proteínas.