"Ayer, al leer tu post, Hannah, se me ocurrió la siguiente pregunta: Los celíacos diagnosticados de adultos, llegaremos a olvidar cómo era el sabor y la textura del pan con gluten? Al principio, encontraba el pan sin gluten horrendo y ahora hay veces que hasta me parece bueno y se lo doy a probar a mi marido, a ver qué cara pone porque creo que efectivamente voy olvidando cómo era el otro pan. Debe ser igualmente malo porque normalmente pilla un trocito sólo por mi insistencia. Y otra cosa que me ocurre es que trato de identificar diferentes tipos de pan sin gluten con los que tienen gluten, por ejemplo: el pan de proceli me recuerda a las vienas; el de Schär me es más parecido al que en Mallorca se vende como pan payés, etc. Igual es mi subconsciente, que trata de no olvidar... Lo cierto es que cada vez como menos pan".
Me he tomado la libertad de reproducir aquí este comentario que nos deja Angela en el post anterior, porque me he sentido muy identificada con lo que dice. Sí, yo también creo que he olvidado el sabor del verdadero pan. Sólo acierto a imaginarlo cuando lo huelo, entonces sí, entonces pienso ¡¡oh Dios qué bueno tiene que estar!! . Tampoco como mucho pan. A pesar de que con el tiempo mi paladar se ha acostumbrado a los nuevos sabores, la textura me sigue desagradando bastante (salvo honrosas excepciones).
Ejercicio: Imaginad un alimento que haga tiempo que no coméis. ¿Podéis recordar su sabor o su olor?
Yo no recuerdo el sabor del pan y mira que en casa se toma y vivo encima de una panaderia!, pero no, realmente no lo recuerdo. Lo que sí me lo trae a la memoria es cuando hay un pan especialmente bien hecho: con la corteza crujiente, la miga mullida, olor... pero me ha ocurrido pocas veces.
ResponderEliminarHay panes sin que han llegado a gustarme mucho, tanto que hago lo mismo que hacía antes: comer pan con pan (comida de tontos!) por lo que creo que sí, que poco a poco olvidamos ciertos sabores y texturas y nos gusta lo que antes veíamos horrible. A nuestro favor digo que gente que como pan todos los días han probado algunos panes sin gluten y no se creían que fueran los mios; vamos, que se pensaban que les estábamos tomando el pelo! (tanto por "la pinta" que tenían como por el sabor).
Lo que sí echo mucho de menos y ya no me acuerdo cómo sabía es el regaliz blandito negro y rojo.
Yo no padezco (o eso creo) EC pero no como pan... alguna vez algún cacho s/g que le sobra a mi hija. A mi hijo le hago unos superbocatas del glutenero total y no sufro con ello.
ResponderEliminarEn cambio.. a veces me ha llegado ese olor especial de tahona en el pueblo y he caído en la tentación... y...¡¡no era para tanto!!
Moraleja... la imaginación es muy traicionera y nos lleva mas allá de lo que realmente hay.
Para mi el pan es muy importante, lo ha sido siempre. Soy amante del pan. Antes de ser diagnosticada de EC comía pan con comida, poca comida y muchísimo pan, ahora no como casi pan. Creo que recuerdo su sabor, pero no estoy segura, seguramente será una fantasía como dice Pikerita por que el recuerdo que tengo es de algo maravilloso, sobre todo cuando voy al pueblo y veo ese pan... de repente me sorprendo echandole la mano encima...
ResponderEliminarYo como muy poco pan. Lo que si recuerdo es una vez que estuve en Asturias y próbé un pan de molde recién hecho, Dios mío que bueno estaba. Nunca he probado nada parecido
ResponderEliminarSaha,
ResponderEliminarEstuve intentando documentarme sobre si el cerebro realmente recuerda los sabores y no encontré nada, supongo que es cuestión de indagar un poco más y yo no tenía tiempo, pero lo que sí vi es que la boca sólo aprecía por sí sola, a través de las papilas gustativas, los sabores dulce, salado, amargo y ácido, para el resto interviene el olfato y todo se procesa en nuestra cabecita. ASí que, yo estaría por asegurar que hay una explicación científica para nuestra amnesia de pan.
Pikerita,
¿y no te pregunta la gente si no comes pan? Hay tal cultura del pan en este pais que en muchas mesas, la mayoría, no falta. A mí me dicen que como me apaño, pues me apaño, y no sólo eso, no lo veo un imprescindible de mi mesa. Donde más lo echo de menos, como he dicho, es en los desayunos, para "empujar" utilizo los cubiertos y punto.
Nieves,
A mí también me gustaba el pan, ahora no me gusta, creo que por eso lo he apartado de mi dieta todo lo que puedo y de mi cabeza, si cabe, aun más. No disfruto comiendo ni uno solo de los panes sin gluten que hay en el mercado. Con los de casa ya es otra historia, he conseguido disfrutar del olor y el sabor de alguno. Te invito a que pruebes el "pan, pan", creo que no te defraudará.
Emma,
Ay, yo también he comido alguna vez pan de molde recién hecho y cortado y es otra historia, tan blandito, tan bueno, hasta los sin gluten pueden dar el pego si los acabas de hacer.
Yo todavía lo recuerdo snif, y el resto de comida no me importa, pero el pan... uff lo hecho mucho de menos. Pero que se la a hacer...
ResponderEliminarglutoniana