Un exceso

Primero:

- Conocí el sábado a mediodía a un tal Luis Alegre, que estaba bueno y era eso, alegre, alegre.

- Comí con coca-cola pero sin perdonar café y copa.

- Acudí a una reunión de vecinos (pacífica).

- Entré con una amiga en un bar a las ocho de la tarde, me reencontré con mi recién conocido amigo Luis, y salí de allí ¿a las? ¿cuatro y media?. No lo sé. Me hice un lio con el cambio de hora.

- Me sumergí bajo mi nórdico y tuve a mi amiga sentada, a los pies de la cama, mientras nos echábamos una charla hasta ¿las seis?.

- Llegó mi marido la mañana del domingo y nos encontró a las dos en la cocina, en pijama, tomando café y zumo de naranja.

- Ella se fue a su casa y nosotros nos arreglamos para salir a tomar otro aperitivo, al sol.

- Compramos un ponche segoviano ( que, evidentemente, yo no puedo comer) y nos fuimos a comer cochinillo a casa de unos amigos.

Después:

- Llamé a mi hermana para darnos este paseo y todo fue sol, aire, y vida sana.