Cuando yo era pequeña, a diario, los hombres de la casa, que eran tres, bebían vino con gaseosa, pero eso no fue siempre porque mi padre tiene gota y pronto el alcohol, aunque fuera rebajado y poco dejó de ser de consumo diario. Mi madre compraba botellas de Fanta de un litro en envase de vidrio y retornable, cuando teníamos visita y tanto el vino, como los refrescos los comprábamos en una bodega del barrio, el primero a granel de la cuba con grifo. La única que había probado la coca-cola era ella, que vivió rodeada de americanos (de los destinados en Torrejón) y sabía lo que era un brownie o una tarta de zanahoria. Nunca había zumos y refrescos en la despensa.
Mi hermano comía, al menos, tres yogures al día, y los otros tres, por lo menos uno, así que la yogurtera se usaba practicamente a diario, aunque también se compraban alguna vez "yoplaits" naturales (y guardábamos las tapas y nos hacían regalos) y de algún que otro sabor. Las natillas eran caseras y el flan unas veces de huevo y otras de vainilla, también. Lo mismo que el arroz con leche y el bizcocho de limón (hoy llamado 1, 2, 3).
Desayunábamos galletas María clásicas y más tarde la "dorada" o tostadas con mantequilla y mermelada o leche condensada.
Al cole: un bocata, y de forma extraoridinaria un bucanero de Pascuas a Ramos.
De primer plato, cuchara y de segundo carne, pollo o pescado. De postre: fruta. Nunca pizza, ni hamburguesa, ni nuggets, ni ensaladísimas. Los únicos "preparados" que entraban en casa eran el puré de patata Maggi y el Starlux.
Para merendar: bocadillo. Algunos dias, pan con chocolate o nocilla.
Si abrían un surtido Cuétara: lo flipabas.
Si te dejaban beber refresco: lo disfrutabas.
Si ponían aceitunas: qué ricas.
Y por supuesto, si lo empezabas, lo terminabas.
Igualito que ahora ¿no?
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Gracias Ana por tu sugerencia. Me ha gustado mucho escribir este post que me ha traído muchos y buenos recuerdos.
A mi tambien me han traido muchos recuerdos, que tiempos aquellos.
ResponderEliminarFeliz año
Y los cascos de las botellas si los devolvías te daban 5 pesetas , lo que ahora son 3 centimillos
ResponderEliminarQue recuerdos !!!!
Un saludo
Cecilia,
ResponderEliminarY la de cosas que se podrían decir. Muchísimas más!!
Caarsa,
¡¡Es verdad!! Y me acuerdo ahora también de una vez que iba corriendo con los cascos y me caí y rompí todas las botellas.
Impensable también ahora ¿no? Que le mandes a un niño a comprar a la bodega y con botellas de cristal.
Los yoplays!!! oye yo no ví muchos cascos de botellas en mi casa pero te puedo asegurar que muchas de las cosas que has hablado intento aplicarlas en casa, aunque también es cierto que cada vez, menos.... HAce un par de meses prepar´ñe unos calendarios de "comida" como si de un comedor público se tratara para no caer en la tentación de la comida rápida, que a veces, es igual de rápida que la de antes... aunque menos rica según mi parecer... el pequeño merienda pan con mantequilla y azúcar o nocilla con pan y procuro no tener bebidas con gas y en su lugar zumos pero claro, los yogures, son del hacendado ( y que conste que tengo yogurtera... )
ResponderEliminarEstas fechas, sin duda nos recuerdan a nuestra infancia! Un abrazo.
Precisamente en todo eso pensaba yo cuando hablaba de "economía de guerra".
ResponderEliminarAyer en el telediario ("el parte" como aún dice mi padre) hablaban de como aprovechar lo que sobró de estas cenas...no creo que a ninguna de nuestras madres hubiera que decirles como hacer unas croquetas o un potaje. Ahora por falta de tiempo o maña (a mi las croquetas me quedan de pena) muchas cosas acaban en el cubo de la basura.
Volveremos a muchas cosas olvidadas por que un bache como este no se supera de la noche a la mañana, y suerte tenemos nosotras que aún recordamos lo felices que se puede ser comiendo lentejas y jugando con tus amigos en la calle.
Y con esto y un bizcocho voy a "retocar" mi lista de las rebajas, a ver si este año consigo no arrasar con media ciudad...si, si...muchas teoria u al final....jajajajajaj
Había que hervir la leche que comprábamos en la vaquería y mi padre se montaba tostadas con la nata.
ResponderEliminarIbamos a por huevos con la huevera.
El vino lo hacía mi abuelo y se rebajaba con sifón.
Mi abuelo se liaba los cigarrillos y para comodidad cuando fumaba se lo dejaba pegadito en el labio como el capitán fanegas de la serie de humor del Mota (por eso me gusta porque para el que haya conocido estas cosas... yo me parto)
El pan lo guardaba mi abuela de un día para otro pero nosotros se lo "pellízcábamos" recién salido de la tahona.
Las bodas y comuniones se celebraban en los patios de las casas.
Me iba de casa cuando mi abuela pelaba el gallo de navidad... no soportaba verlo. Pero darle vueltas al caldero que tenía el gallo en pepitoria sí que me gustaba.
Marite,
ResponderEliminarNosotros no comemos demasiada comida rápida tampoco, un poco obligados por nuestra dieta sin gluten, pero también porque a mí no me gusta comer eso a diario, por salud. Mucha gente se queja de que engorda y ¿qué cenan? ¿qué comen?
Y llevas toda la razón del mundo, ahora para rápida, tenemos la olla, y mientras te metes una ducha, tienes un puré o una verdura como Dios manda.
Maite,
Otra cosa que nuestros hijos no pueden disfrutar: jugar en la calle.
Con lo que molaba, no me digas, bajar sin nada y pasar las horas, como mucho un balón, una cuerda o una goma.
Ya se sabe que todo esto que estamos diciendo es teoría y que sólo sería aplicable a partir del 28 de Febrero.
YO tengo que hacer la lista también.
LOurdes,
Verás, verás ...
No me gustaba la nata en la leche pero sí con azúcar en el pan, como la tomaba mi madre. He conocido lechería en el pueblo (durante más tiempo) pero en Madrid también.
El señor Pedro ya tenía hueveras de cartón, pero podías ir con la tuya.
El vino, como he dicho, de la bodega, garrafón, garrafón ...
Mi abuelo también se liaba los cigarros (como ahora, mira que moderno) y si no, fumaba celtas sin filtro.
Tengo un recuerdo imborrable de la comunión de mi hermana que celebramos en el jardín (más que de la mía que fue de restaurante).
¡¡Me gusta la gallina en pepitoria!! Y el pollo de corral (no el Coren).
Por lo visto todos vivíamos más o menos igual......
ResponderEliminarBesos,
Emma
Que recuerdos!!!!
ResponderEliminarEn mi casa mi madre compraba en el super de la empresa,¡¡¡una vez al mes!!! y un día a la semana al mercao semanal que había y sigue habiendo.
No como ahora que vamos toooodos los días al dichoso supermercado y siempre cae algo que ni siquiera necesitamos....
Aprovecho para desearte un año lleno de alegría y amor.
Aunque no te comente casi nunca te leo todos toditos los dias.
Un abrazo.
Nuria desde Asturias.
ami también me traen recuerdos, desde luego con el surtido de cuetara flipaba....también me acuerdo de los bocatas de mantequilla y miel(del pueblo) ayyysss que de recuerdos!!!
ResponderEliminar¡¡¡¡Nuria, qué ilusión!!!
ResponderEliminarJajajaja, me parto con lo del surtido Cuétara. Entre los mejores recuerdos de mi infancia están el pan con margarina y azúcar (sí, margarina)y los bocatas de chopped y tomate untado (sí, chopped).Ahora tienen que ser los sándwiches de pan de molde sin corteza marca X, pavo y queso marca Z, no te fastidia... Yo iba con el cacillo a la furgoneta del lechero, y he comido patatas guisadas hasta decir basta.
Hasta ahora he tenido dos vicios consumistas: la ropa y los libros, y me estoy cortando muchíiiisimo, pero lo de la compra "pijotera" no consigo asentarlo en casa. Ay, qué cruz.
¡Gracias por el post!. Ha sido muy bonito. Besos,
Ana Colo.
Desde luego, y nuestros hijos tienen todo lo que piden al momento y no aprecian nada.
ResponderEliminarPetonets maca.
Me acabas de transportar a mi infancia, porque la mayoría de las cosas que nos cuentas también pasaban en mi casa. Y lo del surtido cuétara era lo más y sólo en ocasiones especiales.
ResponderEliminarBesos
Lo has clavado, las cuétara veo que siguen en en todos nuestros recuerdos.
ResponderEliminarLa frase final "lo que se empezaba se acababa, igualito que ahora", me ha transportado directamente a lo que me tuvo ocupada toda la tarde de ayer (de 3 a 22.15) en el Corty: Los jueguetes, eso amiga mía te da para unos cuantos posts.
Un beso
Me he divertido mucho con el post, cuanta razón en esas palabras...
ResponderEliminarPues al final, creo que nos hará un poco más felices, veréis. No la cr..., darnos cuenta, de que se es feliz con menos y más sencillo.
ResponderEliminarUn beso.
Emma,
ResponderEliminarYO creo que incluso, fíjate, hasta sin mucha distinción de clases sociales. NO hablo de las épocas en que unos vivían muy mal y otros muy bien, sino de la nuestra, porque todos mis amigos nos hemos criado más o menos igual, al menos en lo que a alimentación.
Nuria,
Muchas gracias por tu comentario. Te deseo todo lo mejor a tí tambíen.
Me has hecho recordar también cuando mis padres iban a Makro y venían cargaaaaaaaaaaaaaados de lentejas, judías, azúcar, arroz ... y siempre nos traían alguna chuche: moneditas de chocolate ¿os acordáis de ellas?
Nieves,
Yo del surtido me acuerdo mucho. Y de cual era mi galleta favorita y que estaba deseando que abrieran la capa de abajo cuando se terminaba la que me gustaba arriba, jajaa.
Ana,
De nada, jajaa. Ya te digo que me ha gustado mucho escribirlo y lo hice muy rápido, porque creo que hubiera dado mucho más de sí el tema.
Chopped ... mortadela ... ¡qué ricos! A mí me siguen gustando ¿eh? NO te digo qeu el jamón ibérico no, porque también, pero a veces un bocata de mortadela es un manjar para mí.
Artemisa,
No, no aprecian nada, y lo que menos, el valor económico de las cosas, que hay que trabajar para comprarlas, que hay que cuidarlas ... Hay excepciones, es cierto, pero pocas.
YOli,
Transportateeeeeeee ... Yo lo hice anoche escribiéndolo y hoy leyendo todos vuestros comentarios que me han recordado otras cosas.
Marse,
Ay los juguetes ... esos armarios llenos de cositas que no usamos y que nuestros papás han comprado con toda la ilusión del mundo y pensando que todo el poco. ¿Esos dices?
Piper,
Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado.
Alegría,
Hoy no dejo de darle vueltas a este tema y en que tenemos todos que cambiar el chip, pero nos va a costar mucho.
A por la leche a la lechería, que había que hervir en casa.
ResponderEliminarLas botellas a la bodega y el vino de relleno.
Mi comunión en casa, con bocadillos y cosas de picar.
Las cuétara y las fontaneda, el pan con nestle...
Aún me como la masa de las croquetas en su plato, antes de hacerlas, como me gustan así.
Besos.
p.d.: Me queda sólo un regalo por envolver.
Eso digo, eso digo....
ResponderEliminarQue bonito Nuria, y que recuerdos... y que bien escrito, leche. Me has emocionado.. Que tiempos aquellos. Un beso, Nuria A.
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