El sanador de caballos
No es el primero, ni será el último de los libros que lea que pasan por mi vida sin pena ni gloria, ni fu ni fa, ni frio ni calor. Tampoco me atrevo a desaconsejarlo. Entretenido sí que es y, al fin y al cabo, eso es lo que se pretende con muchas de nuestras lecturas. Lo he leído, entero, y tampoco puedo decir que haga eso con todos los libros, antes sí, me obligaba a terminar un libro, ahora, si veo que es infumable, sencillamente: lo dejo. Si leeis este libro hacedlo como el que lee un libro de ficción, no como el que lee novela histórica de la buena, de la que refleja los hechos fielmente. Aquí, el protagonista, un personaje de ficción, no sólo participa directamente de la historia sino que se supone que es también parte importante como se desarrollan los hechos que ocurrieron realmente y no sólo de la trama de la novela. Eso, en mi opinión, le hace perder muchos enteros. Además, parece ser que el libro le estaba quedando muy gordo y que tiene un final un poco precipitado donde deja algunas cosillas sin resolver.
Dicho lo cual, y como segundo capítulo de sección Un libro, un plato, os propongo un plato que bien podría haberse comido en la edad media, que es cuando se desarrolla esta historia. Podéis utilizar cualquier tipo de aves, en mi caso, como ya sabéis que soy hija de cazador y como el último fin de semana de la temporada mi padre trajo faisanes y perdices, además, de tener otras provisiones en el congelador, he podido añadir las codornices, que no son de temporada.
Esta plato está inspirado en un asado que hizo Jamie Oliver muy parecido aunque yo, precisamente con el fin de adaptarlo a la época del libro, no le eché ninguna especia, sólo hierbas.
Asado de caza.
Ingredientes:
3 o 4 ajos.
Tomillo
Orégano
Romero
Laurel
Perejil
Brandy
4 codornices
2 faisanes
2 perdices
Elaboración.
Preparar un adobo con los ajos, todas las hierbas, el laurel y la sal machacadas con el mortero y añadir después el brandy. Mezclar este adobo con la carne y dejar macerando en el frigorífico 24 horas. Se puede mover un poquito de vez en cuando. Yo lo hice en la misma fuente donde luego iba a terminar el asado.
Cuando se va a meter al horno, hay que añadirle un poquito de agua, no mucha, sólo la justa para cubrir el fondo de la fuente y que no se seque la carne. Añadir un chorro de aceite de oliva por encima y asar primero a horno medio, unos 170. Ir regando con su jugo y al final subir un poco el horno para que coja buen color y se tueste un poquito.
Con 4 codornices... 2 faisanes y 2 perdices... ¡ya habeis llenado bien los buches!..¿no?
ResponderEliminarNo lo he hecho nunca y se ve una pinta exquisita.. a pesar de que no me van los pajaros.. probaría tu receta y terminaría de roer los huesecillos mi maromito.
Un besote.
Jajaa, Pikerita, es que eramos unos cuantos. Teníamos celebración especial de cumple el domingo. Aparte de que un asadito, de lo que sea, es lo más socorrido cuando viene gente, al menos para mí.
ResponderEliminarTengo unas ganitas de que actualices el bló ...
Uuuuuuummm... que ya empiezo a tener hambre y con este asado es para rechuparse todos los dedos!!! :)
ResponderEliminarUn saludiño.
Te doy la razón en que los asados son lo más socorrido que se me ocurre para cuando hay invitados y además siempre se queda de lujo.
ResponderEliminarBuen plato el tuyo, sencillo y apetecible.
Besitos sin gluten
Debora,
ResponderEliminar¡¡Y para untar en la salsa!!
Maria Luisa.
Yo cuando viene gente es que no puedo con la sartén, o con el salteado de última hora, tiene que ser todo hecho, a ser posible, claro, porque también hay veces que te me dan unos puntos muy raros y al final estoy más pringada en la cocina que disfrutando de la reunión.