18 años, casi ná

Tuve ayer otro encuentro con el pasado (otra vez internet es grande), alguien que me hizo recordar con nuestra conversación, por casualidad, que este mes hace 18 años que trabajo. Justos, ni uno más, ni uno menos, sin paréntesis, sin bajas, sin años sabáticos. Y he recordado algunas cosas de mi primer trabajo.

Que llegué una hora tarde a la entrevista porque me habían dado mal la dirección; llevaba pantalón, camisa blanca, botas y una chaqueta austriaca (puff) y empecé al día siguiente; tenía un jefe que me hablaba de usted, al que tengo un gran aprecio, y otro con ochenta años al que recuerdo tecleando a dos dedos y que me daba muchos viernes libre, que sé que ha fallecido este año; word perfect, una máquina de escribir eléctrica que me hacía sudar cada vez que tenía que rellenar un impreso en papel autocopiativo, una centralita con cuatro extensiones y un piloto rojo, un despacho para mí sola, un fax que se atascaba y después otro que no, y una impresora y después otra, y luego windows y office, internet y un escaner ... una cafetera y un calientaleches, un baño con azulejos amarillos horroroso, tarima que crujía y mesas de madera con piel, librerías llenas de Aranzadis y libros jurídicos; un portero que se llamaba Domingo y llevaba un mono azul, un arquitecto muy atractivo que trabajaba en el quinto, una gilipollas que me dijo en el bar de abajo que me parecía a Rociíto; unas compañeras abogadas todas con las que compartí cervezas, vino de Oporto y un viaje a Sevilla y que me regalaron mi ramo de novia; la calle José Abascal y el barrio de Chamberí; la tienda de ropa interior, la de ropa de bebé, la alpargatería, la que fue guardería de mi hija ... y todas las lágrimas que derramé el día que abandoné todo eso.

¿Os acordáis de vuestro primer trabajo? ¿Tenéis buenos recuerdos de él?