Odio esta frase, lo juro. No es que odie serlo, que también, es la propia frase la que me parece horrorosa, el nombre de esta enfermedad feo donde los haya, y la etiqueta que te supone una lacra, un peso muy grande. Puff. Lo llevo fatal esto de explicar mis circunstancias y tener que soltar la palabrita, aunque a veces me apaño sin hacerlo. Sin embargo, mi hija la utiliza a cada momento, y todo es más rápido para ella. "Toma bonita, un caramelo", "No gracias, no puedo", "¿No puedes?", "No, soy celiaca", "Ah". Punto final, se acabó la conversación.
El caso es que hoy me siento muy celiaca, por varios motivos que me lo han recordado.
Historia nº 1
Hijo: Mamá ¿tú cuando eras pequeña eras celiaca?
Yo: No
Hija: Vaya que no, lo que pasa es que no lo sabías.
Yo: Bueno, claro, no lo sabía.
Hijo: ¿Y comías de todo?
Yo: De todo
Hijo: ¿Y te gustaba?
Yo: Claro.
Hija: ¿Te acuerdas cuando comprabas galletas de esas que le gustan a Pablo con chocolatina?
Yo: Síiiiiiiiiiiiiii.
Hija: ¿Te gustaría volver a comerlas?
Yo: Sí, mucho.
Historia nº 2
El periódico "Qué" trae en portada la noticia de que el edificio Windsor ya está en pie otra vez. Otro momento celiaco. El día que se quemó fue el día que hice mi primera compra de productos sin gluten. Llegamos a casa del Corte Inglés y saltó la noticia. Cinco añitos hace ya.
Historia nº 3
El temita viene machacón y me está martilleando la cabeza. "Soy celiaca. Quiero galletas. Soy celiaca. Quiero galletas. Soy celiaca. Me tengo que hacer las galletas ..." Tanto lo he dado vueltas, que he llegado a la oficina sin saber cómo. No soy consciente de haber pasado por el túnel de la M30 (lo que puede significar que haya pasado de 70 km/h y me llegue una multa), ni de haber cruzado el Puente de San Isidro, ni casi de nada hasta que he llegado al garaje.
Así que llevo media mañana buscando:
A) Un cortador de galletas rectangular y con blondita alrededor.
B) Un molde para chocolatinas finas.
¿Tenéis este tipo de antojos? ¿Intentáis que se os pasen o hacéis lo posible por daros el gustazo?
Digo yo que quién no tiene antojos es que no está vivo. Ahí está la chispa... ¡hay si supieras de que tengo antojo!.. ¡y claro que haré por conseguirlo!
ResponderEliminarNo tengo ningún tipo de alergia que me impida comer ningún alimento, solo las prohibiciones que me marco yo con la dieta... algunas veces tengo fuerza de voluntad suficiente como para no caer en la tentación o tras no.
ResponderEliminarSi tienes la posibilidad de tunearte unas galletas que se parezcan a las de tus sueños, yo haría por donde conseguirlas. Claro que si!
Nuria, te entiendo, todos pàsamos por esos momentos, no te sientas enferma, el celíaco que hace la dieta es celíaco, com el diabetico, el hipertenso, el alergico, a nosotras nos toco ser celiacas y si no es facil es complicado, pero mira como tu hija lo tiene mas claro, es que cuando uno comio de todo el despues es peor.. pero ya pasara. Yo conte varias veces en mi blog sobre esto y si se me antoja cerveza pero de la normal, te acordas que vos me contabas q alla consiguen?? Arriba que ya pasará!! besos
ResponderEliminarTe entiendo divinamente. Yo no soy la celiaca, lo sabes, pero muchas veces preferiría serlo yo, que verle la cara a Martín en determinadas situaciones. Se me coge un pellizo en la boca del estómago, que me dura algún día que otro. Yo también me canso de dar tantas explicaciones, me canso de que la gente me mire con cara rara cuando lucho tan insistentemente contra la sociedad que vive del trigo y a veces me doy cabezazos contra el muro de la ignorancia, de la incomprensión, del pasotismo, del "como no va conmigo, a mi que me importa...". Siempre trato de evitar entrar en el pasillo de galletas de los super, pero cuando a veces entro me quedo embobada mirando galletas absolutamente infantiles, preciosas y apetecibles que Martín no puede comer. A veces me dan ganas de tirarme en el pasillo del super a llorar, otras me dejan indiferente. Son días. TE ENTIENDO NURIA.
ResponderEliminarPero es lo que ha tocado y es una putada, pero es lo que ha tocado. Que tengas antojos es normal y que luches por conseguirlos es lo mejor. Hay quien se deja llevar por la desidia y la dejadez y no consigue nada en su vida.
Yo acabo de sacar unas magdalenas con trozos de chocolate y pistachos y un pan de especias del horno que harán las delicias de mi pequeño y que me sirven de consuelo para compensar otros malos ratos.
Mil besos sin gluten y toda mi energía positiva.
Lo mío, no es la celiaquía, ya lo sabes. De hecho, yo no tengo ninguna alergia, pero todos en casa, adoptamos, prácticamente los hábitos alimenticios de la pequeña alérgica. Mi hija contestaba lo mismo (aunque a piori, éstos no están prohibidos todos).
ResponderEliminarMi hija come en casa todos los días: el martes debo ausentarme, por algo relacionado con el cole, y he pedido que haga uso del comedor. ¿Sabes lo que me han contestado? Que no le hacen una comida adaptada. Que sólo tienen menús para celíacos, y que si quiero, coma dieta blanda. Tampoco me dejan que se lleve su comida. ¡Es de juzgado de guardia!
Un beso, agotada.
P.D. Por descontado que mi hija, no va a comer dieta blanda, si no está mala del estómago.
Ains... os voy viendo melancólicos... Os juro que si pudiera hacer magia haría que los males que padece mi hija (que son varios) pasaran a mi cuerpo. Pero como no puedo hacer esa magia.. ¿qué hago?.. transmitir alegría a mi niña... Intento que aprenda que sufrir... es una opción...¿la tomas ó la dejas?... Elegimos dejarla de lado y reir... y mientras ya me encargo yo de ir peleando con la sociedad reinada por el trigo.
ResponderEliminarMe topo a diario con eso, si hay algo en el kinder yo debo llevar mis propias gelletas y si quiero llevar algo para los otros, que no se note tanto que es de harina sin trigo; la verdad es que cuando me da antojos de algo, voy y lo como y cuando no me ha ido bien cocinando (meses que no como un pan decente excepto el de la panificadora que ya me tiene harta) me dedico a mirar schär y cierro el círculo. Y hago que me antojos de cosas que puedo comer, como los chocolates Lindl o patatas fritas sin gluten y como hasta que me duele la guata y engordo unos kilitos y luego digo: basta de antojos, ha hacer dieta!!! pero si, entiendo perfectamente lo que es vivir con esa lkimitación, que vamos, no es lo peor de la vida ni es incapacitante, es solo un límite como tantos... o puedes ir tu a comprarte un vestido Armani??? yo no puedo y no me deprime, como lo que puedo y eso me hace feliz... imaginate que hace solo un mes comí las primeras empanadas después del diagnóstico!! 6 meses habían pasado, y eso que con mi esposo hacíamos cada fin de semana, y no daba con una receta decente y no digamos que quedaron perfectas, pero ahora puedo hacer cuando quiera... y eso me hace libre... besitos Nuri, que mientras tengamos la via en nuestras manos, es un detalle ser celíaco...
ResponderEliminarPues yo no te entiendo, pá que mentirye, en casa nadie es alergico a nada...yo como mucho tengo intolerancia a los crustaceos que con el tiempo ha ido flojeando (aun asi no me gusta el marisco..si! y soy gallega! que passssa?).
ResponderEliminarPero creo que puedo imaginarlo, cuando mi madre hace mil años tuvo una epatitis el chorizo la mataba (literal, me la he llegado a encontrar desmayada en el suelo a la vuelta del cole) bueno pues años mas tarde ha confesado que cuando no podia mas lo masticaba y despues lo escupia!!! anda queeee...
Y lo de los antojos....ay! niña! de que iba yo a tener el culo como una plaza de toros si no fuera de comer!!!! jajajajaja
Por cierto, ayer compré Nocilla y ponía Sin Gluten, es cierto?? lo digo por los bocatas para la amiguita de mi hija...
Un besazo!!
Yo soy doña Antojos, en especial todo lo relaciondao con el chocolate. Además soy compulsiva, hasta que no veo el final no paro. LLevo una racha de comer chocolate que no veas, también es según mi estado de ánimo ( ahora está en los suelos)
ResponderEliminarTe dejo que ayer compré una tableta de chocolate y aún no la he catao
Pikerita,
ResponderEliminar¿Y veremos tu antojo, quizás, este domingo? Yo lo mío lo estoy dando forma en mi cabeza, pero de repente me ha apetecido hacerle a mi hija el único bollo que le gustaba antes de diagnosticarla (ella no quería nunca bollos).
Lisbeth,
Lo voy a intentar, claro, ahora que he descubierto unas galletas comestibles sólo tengo que tunear otras.
Leticia,
Es sólo un antojillo, pero que se me ha metido en la cabeza, nada que no se pase. No es una obsesión y mucho menos dolor de no poder comerlo.
Maria Luisa,
¿Puede decirte una cosa? No hagas eso, no dejes de entrar en el pasillo de las galletas porque tienes otros hijo, como yo, que no es celiaco. A veces pienso ¿cuanto tiempo hace que no le compro a mi niño esas galletas que le gustan tanto? Los tuyos son más pequeños pero seguro que Martín entiende que él no puede. ADemás, mira, si pasamos de vez en cuando vemos cositas que queremos hacer y retos para cumplir.
Yo no sufro por mí, de verdad, a veces me da nostalgia, pero no sufro. Mi hija pasa cosas peores porque empieza una edad de hacer una vida social que se le ha puesto un poco cuesta arriba, intentaremos ir saltando todos los obstáculos.
Alegría,
Me alegro mucho de que cuentes aquí tu problema porque a veces algunos colectivos de celiacos se creen que somos el centro del universo y hay gente uqe tiene los mismos problemas, o peores porque son menos gente a los que nadie ayuda.
Mira, mi hija se ha ido hoy al cole con bocadillos. Por circunstancias también se tiene que quedar ahora a comer un día a la semana (antes se quedaba a diario y habrá mil batallas en la historia de este blog de hace años). El primer día llevamos un tupper con comida, con permiso del colegio, y ¿sabes qué? Las señoritas del comedor, las que están para servir las mesas, se negaban a calentárselo y hasta fueron a consultar a la responsable (que es una monjita del cole). Cuando ella se lo dijo lo hicieron, pero sólo por humanidad, de verdad ¿hay que preguntar a alguien para calentar a una niña un plato de comida? No le dieron ni plato, ni cubiertos. No fuera a ser que se les cayera a ellas el papo quitando un plato más.
También sé de qué hablas con la dieta blanda. ES el típico recurso de "no me mojo", le endiñan el arrocito blanco, el jamón de york y la manzana y ¡¡hale bonita!! ya has comido.
Es vomitivo.
Pikerita,
Juro que no hablaba con melancolía ni nada, pero he debido de transmitir eso y bueno, tampoco hay qeu negar que a veces te da un antojillo de estos que te hace lamentarte un poquito.
¡¡Pero yo estoy contenta!!
Pancha,
No sé, no sé ... si me dieran a elegir entre un vestido y un bocadillo de jamón, seguro que dependía del momento. Esta mañana hubiera preferido las galletas y ahora mismo me estaría lamentando por haberme quedado sin el vestido.
Y te voy a ser sincera, podrás encontrar un pan comestible, un pan que esté medio decente, pero nunca, jamás, comeremos un pan como el de trigo porque, digan lo que digan, es inimitable.
Maite,
Eso es porque puedes vivir sin pan, jajaa, que hay gente que dice que ella sin pan no podría comer y yo siempre contesto lo mismo "que puedes sí, vaya si puedes", por eso no te pones en mi pellejo, jajaa.
Y sí, la nocilla ahora, por primera vez está etiqueta sin gluten. Nosotros sí la consumimos.
Emma,
ResponderEliminarSE ha cruzado tu comentario mientras escribía mi testamento.
A mí me pasa al revés, hay gente a la que la ansiedad le da por comer, a mí ahora se me cierra el estómago y si estoy mal no hay manera de probar bocado. Pero ahora, llevo unas noches que a eso de las 11 y pico ¡¡necesito un dulce!!
Vale...aviso...voy a ser muuyyyy mala.... (no me demandes porfa!)
ResponderEliminarAdoro el pan, me mola mogollon el pan, ademas aqui en Galicia hay miles de panes diferentes y todos estan buenos, me encanta el de Carral con esa miga mullido y agujeros muy gordos, y el de Cea que es compacto y del ese color oscuro que le da la harina "del pais" con ese olor tan profundo, las barras artesanas del horno de al ladito de casa, o la baguette recien sacada del horno, y asi podría segir por los siglos de los siglos....
Pero pa qué engañarte, si me lo quitaran (todo es posible en esta vida) aprenderia a vivir sin el...eso si, iria de vez en cuando al horno a echar una "esnifadita"...que es que encima huele rico!!!
Y de las empanadas ni hablamos...
Besazo guapetona!!
EHHHH!! ai no hay nada que se nos resista eh????, nos costará más o menos, pero al final lo conseguimos.
ResponderEliminarAdemás nuestros peques nos dan lecciones de vida, no hay que sufrir por ellos, porque ellos no sufren...que carecen de galletas, otros carecen de otras cosas que yo nunca cambiaría.
ALE!!! como pikerita, transmitirles alegría y que de mayores se acuerden de todo menos de que su celiaquía no le permitía comer tal o cual cosa..
Cuando mi hijo era pequeñito, hemos sufrido mucho (más por sus alergias que le ponían a morir, que por la celiaquía)..ahora nos damos cuenta que él no le dá la más mínima importancia a su limitación, él es feliz si puede salir con sus amigos, aunque ellos se coman una pizza, él se come sus chuches, o se lleva su pizza o lo que sea...pero es feliz saliendo con ellos, lo demás es pura anécdota.
Es cierto Nuria lo que dices, no se puede negar la realidad a nuestros peques, sobre todo si hay un hermanito que también se merece nuestra atención y darles sus caprichos aunque al otro no se le pueda dar el mismo capricho...no todo son atenciones y mimos para el celíaco...los otros también los necesitan.
Bicosss
Mi hijo está superorgulloso de que su madre sepa hacerle todo tipo de dulces, que si no es por su celiaquía ni me habría molestado en aprender...de eso es bien consciente "Y no hay mal que por bien no venga, no?"
como soy celiaca desde hace poco... como solo con lo de los supermercados no se te va el antojo... como por donde vivo tiendas especializadas hay pocas... y en la cocina soy muy novata y me falta rodaje para hacer casi todo lo que suene a capricho...
ResponderEliminaral final acabo tomando coca-cola y chocolate (cuando me quedan)
Ainsss... tengo que empezar a pedir cosas por internet...
bikiños^^
Es cierto, depende del día para que queramos mas un dulce que un vestido y otros en que nos morimos si no compamos el vestido y pasamos de los dulces... jajajaj cierto! no lo había pensado! besitos!
ResponderEliminarEs cierto, depende del día para que queramos mas un dulce que un vestido y otros en que nos morimos si no compamos el vestido y pasamos de los dulces... jajajaj cierto! no lo había pensado! besitos!
ResponderEliminarLo bueno de tus antojos, es que la mayoria de las veces, consigues superarlos y hacerlos mucho mejor! Yo preferiría comer las miles de variedades de bollos, galletas, tartas...que las mismas galletas del super de siemrpe. Aunque me imagino que desde fuera es mucho ás fácil.
ResponderEliminarSe que no los necesitas, pero mis animos para salvar los antojos!
Un besito fuerte!
Últimamente he adoptado la frase esta que creo que decía Isthar en su blog, que la mejor forma de librarse de la tentación es caer en ella, ergo me como todo lo que pillo. Fuerza de voluntad? Qué es eso?
ResponderEliminarYo también odio soltar la frasecita y procuro evitarla. También llevo 5 años como celíaca, un par de meses más que tú, ya sabes. Tengo muchos antojos de este tipo y bastante fuerza de voluntad para no saltarme la dieta, aunque los que puedo me los doy, jeje, y eso que tengo a mis compañeros de trabajo que con frecuencia me dicen que total por un poco qué más da. Yo he aprendido a dar las explicaciones 1 vez, más me agota y no evito que en unos meses se repita la situación, que les den.
ResponderEliminarMaite,
ResponderEliminar¿Demandarte? Jajaaa, ¿Quien sabe? Tal vez dentro de 15 añitos o más.
Y te entiendo, huele tan bien el pan ... y está tan buenísimo .. ¡¡Ay, que ya no quiero galletas!! ¡¡Quiero un bocata de jamón con tomate!!
Marisa,
A mi enano lo tengo yo un poco discriminado, aparte de que coma sin gluten, le compraba sus croisancitos para el desayuno o galletas maría y rara vez alguna cosita, pero como un extra muy extra. Su hermana no siente ningunas ganas ni ninguna tentación de comer lo suyo, así que ¿por qué privarles? El pan y los bollitos son un manjar para él porque no está saturado de comerlos a todas horas.
Mi hija va a unas convivencias el próximo fin de semana con su comida para tres días. ¿Crees que renunciaría a ir y estar con sus amigas y dormir fuera de casa por ese motivo? Ni se le pasa por la cabeza. Llega: "mamá, que me tengo que llevar la comida". YO me enciendo y ella se queda tan pichi.
Brujita,
Yo soy más de coca-cola y patatas que de bollitos o galletas, pero sí que es cierto que ahora que no lo puedo comer a veces se me van los ojillos, pero no de las cosas hechas de tiendas especializadas, que me resultan casi todas bastante malas, aunque a veces, con eso, me quito el gusanillo.
Pancha,
Es que me has puesto el ejemplo del Armani .. y no es comparable con una galletita, jajaa.
Elena,
Y lo malo de mis antojos es que casi nunca se pueden satisfacer en el acto, hay que buscar, comprar, fabricar ... Pero bueno, no queda otra.
Anita,
Jajaaa, creo que lo veré de esta forma "lo mejor de una mala tentación es que yo no puedo caer en ella" (casi nunca), así que ... de eso que me libro, jajaa.
Nieves,
Que pesaditos son los del trabajo, de verdad, creo que son lo peor. En mi caso son los jefes, que cuando quieren hacer como que se enteran de mi vida me sueltan un "Tenías un problema ¿no?" o "no puedes comer harina ¿no?" O peor aun, "¿quieres un donuts o unos churritos?". Que no coño!!!
Pues sí, te entiendo perfectamente, yo ya voy para dos años a dieta y también tengo mis antojitos. Y días en los que se me van los ojos o el olfato, detrás de algo y otros no echo cuenta, en fin...
ResponderEliminarPor cierto, el otro día me llevé una ilusión en el super, habían traido unas galletitas de chocolate. Eso era pa verme, mirando la caja, con una grandes letras SIN GLUTEN de Virginias no sé si las conocéis, yo no las había visto; certificadas hasta haciendo referencia a la web infoceliaquía. Aluciné, os podéis creer que me parece hasta bonita la caja, tenía una sensación de satisfacción difícil de explicar...vaya como al niño que le dan la golosina que le gusta, jejeje.
Me traje 3 cajas y toda ilusionada enseñándoselas a mi hija cuando llegó del cole. Y su cara...como la mía.
No me enrollo más, muuuucho ánimo y no estás sóla. ;)
Yo tampoco soy la celiaca pero me pasa como a Zerogluten preferiria serlo a ver a ella sufrirlo.
ResponderEliminarEl lunes pasado una madre del cole se dirigió a mí para preguntarme si la niña era celíaca. Me dijo que ella no lo sabía y que le sabía muy mal no haber traido desayuno para ella el dia del cumple de su hijo durante estos años. Me dijo que este año le traería lo que a ella más le gustase para compensarla. Se me saltaban las lágrimas porque creo que yo todavía no lo he superado y ella en cambio lo acepta a veces con plena normalidad y a veces con resignación.
Ella sí se acuerda de los sabores anteriores, y mucho....
Agata,
ResponderEliminarQue fáciles somos de alegrar ¿eh? Una galletita nueva, que sepa encima buena, y nos vamos a nuestras casas tan contentos. Yo no suelo tener bajones en ese sentido, más bien son antojillos y se me van pasando. A Dios gracias, porque si estuviera siempre como al principio me habría muerto de pena ya.
Marse,
A mí no sé si me están olvidando los sabores, tanto como eso creo que no, pero sí que es cierto que voy aceptando mejor estos sabores nuevos y las texturas, que me ha costado más todavía.
Es un detalle de la madre de la amiguita de tu hija. Eso sí que hace ilusión.
Hace 10 meses que sigo una dieta sin gluten. Mientras leía vuestros comentarios recordaba el pan de soja y el integral que venden en la panadería que hay junto a mi casa. ¡Sabía tan rico...! Me encantaba ponerle aceite de oliva, tomate y jamón. Antes del diagnóstico de la celiaquía, el desayuno era la comida más importante y de la que más disfrutaba. Pensaba que no había nada mejor que un rico desayuno. Ya no disfruto del mismo modo del desayuno pero gracias a las recetas que encuentro en los blogs consigo tomar pan sin gluten bastante bueno, aunque eso no quita que de vez en cuando recuerde el olor, el tacto y el sabor de aquel pan de soja y el pan integral.
ResponderEliminarVarias tardes al mes solía ir con una amiga a una cafetería, "Niza", y nos dábamos un homenaje con las exquisitas tartas que tenían. Recuerdo una de chocolate y nata exquisita, pero especialmente, la de nata con fresas naturales. Jamás he tomado una tarta así en ningún otro sitio. Ya no entro a esa cafetería, pero cuando paso por la puerta, puedo ver en la vitrina esa fantástica tarta. La recuerdo muy bien, aunque al mismo tiempo es como si todo quedara lejano, como si fuera el recuerdo de un viaje maravilloso a un lugar al que jamás podrás volver. Cuando me siento así me gusta pensar cuánto disfruté antes y cuánto me queda aún por disfrutar, pues aunque no pueda tomar las cosas que comía antes en el mercado hay cosas riquísimas sin gluten y, mejor aún, hay muchísimas más cosas ricas que podemos hacer.