Me acuesto estas noches acompañada de Cela, D. Camilo José, ese señor que andaba a caballo entre la popularidad y la soberbia y que he de reconocer que no había sido muy amigo mío, a pesar de que el primero, y creo recordar que único, libro suyo que había leído, "La Colmena", en COU, me encantó. Algo tendría que ver la profesora de literatura que tenía entonces, Doña Rosa, una apasionada de las letras, con un gran conocimiento de todo lo que enseñaba y que, al menos a mí, supo transmitirme el gusto (quizás decir amor es demasiado) por nuestra Literatura. Lástima que este tipo de profesores escasee en estos días (si no lo digo reviento). Necesito un descanso de best-sellers y novelas, entretenidas, eso sí, pero que no me acaban de llevar a ninguna parte. Sí lo sé, a veces la lectura es sólo para eso, pero ahora quiero leer a los grandes en los pocos minutos al día que tengo licencia para hacerlo (me lo tengo casi prohibido con el rollo de los estudios).
Cuando apagué la luz anoche recordé además cual fue mi primer libro favorito. Fue "Marianela" (¡qué gran historia de amor!) y sólo fue desbancada, años después por "Fortunata y Jacinta" que sigue ahí y me temo que ya es difícil que nadie la mueva de donde está. Y recuerdo a continuación que lo presté (mi Marinela), hace muchos años, estando en el instituto, y que no me lo devolvieron jamás. Sé quien lo tiene.
Sé quien tiene también mis primeros "Pilares de la Tierra" y quien tiene los segundos que compré en una edición especial cuando se publicó la segunda parte para releerlo. Sé quien tiene mi "Más Platón y menos prozac", que no soporto, pero mío es. Quien tiene mis baladas de Elvys Presley. Quien tiene mis "Vacaciones en Roma" o mis "Cometas en el cielo". Eso así, sin hurgar más de la cuenta ni hacer mucha memoria.
¿A que no soy la única a la que le pasa esto?
No...¡no eres la única! y...¡¡me repatea cosa mala!!
ResponderEliminarSolo te dire que odio prestar libros, para mi son como un pequeño tesoro.
ResponderEliminarOdio prestar libros a aquellas personas que luego se olvidan de que lo tienen, me pasa mucho... agrrrrr!
ResponderEliminarY con la lectura, yo también he pasado esa fase en la que necesito que un libro me aporte algo más que un rato entretenido, por eso últimamente ando entre libros de psicología infantil y sobre la guerra civil.
Besos,
Lina.
P.D. Supongo que te pasará hoy igual que hace días... pongo el post en el blog público como antes, para que sepáis que hay algo nuevo en el privi... pero como ahora el público tiene contenido, en cuanto aparece actualizado en el reader lo borro.
No.
ResponderEliminarYo ya no suelo prestar a nadie "mis tesoros".
Por cierto, sé quién tiene también, mi anillo con el brillante que mis padres me trajeron de aquel viaje.
¡Nunca hay que prestar libros! Never, never, never. Yo también me acuerdo y de algunos hace la friolera de 15 años, y el libro ers una patata, pero era míooooo. ¿Y ese pañuelo de seda estampado, que se lo presté a mi ex para unos carnavales? A ver quién se lo pide ahora... Y los aretes de plata. Y la camiseta de tirantes... Si unos zapatos que le dejé a mi mejor amiga me costó 2 años recuperarlos!!! ¡Yo no tengo na de nadie! (perdón si el post sale repe)
ResponderEliminarAna Colo.
Yo lo odio, nada mas preciado que un libro, así es que yo no los resto ni acepto que me los presten... y los que me compro son tan preciados que los quiero tener cerca hasta el último día... besos!
ResponderEliminarQue razón tienes...
ResponderEliminarhoy me has referescado la memoria, gracias.
Entre otros, sé quien tiene mi "Infancia natural" una joya de Blume que ya no se edita, que compré cuando nació mi G.
A ver si la susodicha lo lee...
Yo les pongo mi nombre y año, en la primera página y en la num 19. Así cunado lo lean se acordaran de que no es de ellos...Normalmente me son devueltos. Abrazo.
ResponderEliminarPues así y sin pensar nadita... "De parte de la princesa muerta", mis "Calculus" de la facultad y mis apuntes de la oposición (claro!! después de aprobada yo, je,je. Pero me fastidia, porque a veces quiero echar el ojo a algo en concreto y no puedoooo. brbrbrbr)
ResponderEliminarTanto mi marido como yo, no escatimamos en libros y antes que nos los quieran prestar, si nos interesa el susodicho, lo compramos... que ahora me estás recordando que tengo que llamar al carpintero para que me haga la librería del salón de la nueva casa... que los libros llevan un año dentro de cajas, auqnue algunos ya han salido y andan desperdigados.
Me hace gracia, porque estoy recordando, que mis hijos también lo llevan fatal, eso de que sus libros anden por otras casas y no regresen de nuevo...
Yo tengo tan mala memoria, que sé que me falta tal libro, pero no sé a quien se lo dejé.
ResponderEliminarNuria, menudas indirectas, yo creo que después de este post recuperas alguno de tus libros...
Bss
Yo no presto ningún libro. Recuerdo una vez que presté uno a una amiga, y me lo devolvió manchado hasta de aceite. Nunca más me dije
ResponderEliminarYo llegué a la conclusión de que No dejo nada de nada al que o no me devuelve una cosa, o me tengo que pasar 3 años detrás para que lo haga o, peor aún, me lo devuelve en mal estado.
ResponderEliminar- Aún recuerdo esa edición en tapa dura de Añoranzas y Pesares que primero una persona destrozó la portada y después otra -con todo su morro- se lo quedó.
- ¿Y mi libro de "La Noche de Los Niños Reyes"? Con todo el morro se lo quedó una "amiga" (que ya no lo es, claro) después de reclamárselo 7 u 8 veces. Y eso que acabé poniendo mis iniciales en el lomo del libro (con lo que me duele pintarlos) para que dejaran de pasarme estas cosas. Arggg
- "Cuentos de los Viudos Negros" una desfachatez lo de esta persona. Se lo he reclamado por tlf, por email... de mil formas. (Que encima sabe que fue un regalo que me hicieron) y no sólo no me lo devolvió nunca; sino que encima se lo dejó a otra persona! Grrrrr
En fin, que no, no le dejo un libro a NADIE. Como mucho a mi padre o mi hermana.
Yo también he llegado a la conclusión de que no presto nada de nada.
ResponderEliminarMe haces recordar a mi hija de 6 años que el año pasado prestó un libro al hijo de un amigo y todavía le está pidiendo que se lo devuelva... no se olvida, oye.
A mi me encantaron los pilares de la tierra, me los lei con una pasión y eso que a mi ese tipo de literatura no me gusta.
ResponderEliminarww.estanochesoyunaprincesa.com
hay qye echarle jeta a los jetas. Mi estrategia consiste en recordar. Si es una persona que ves con cierta asiduidad, recordárselo. Recordárselo las veces que hagan falta. Si es alguien que no ves casi nunca, correo electrónico. Si eso no funciona, llamada telefónica. Detrás del olvidadizo, o hay un mangui o hay una persona que no aprecia lo que te ha pedido, no le da ningún valor. ¿Para qué devolvértelo?
ResponderEliminarPerdón, me sulfura un poco el tema. :)
Todos hemos perdido libros al prestarlos, pero siempre tendremos en nuestra cabeza todo lo que cada libro nos aporto.
ResponderEliminarBesotes
Ana y Víctor.
Pikerita,
ResponderEliminarJajaa, al menos nos hacemos compañía unos a otros!!
Mondraker,
Es verdad, algunos son verdaderos tesoros por su valor.
Lisbeth-Lina-Bubbles-Mevasavolverloca!!!
Creo que ya tengo tu blog controlado.
Alegría,
Pero ¿qué dices? ¿un anillo regalo de tus padres? Vamos, eso lo pido yo las veces que haga falta!!
Ana,
Jajaaa, tranquila, tranquila, respira, uno, dos, uno, dos ... Ya? Venga va. Si hay algo que realmente quieres recuperar yo que tu insistía, menos en lo del ex- ¡¡eso nunca!!
Pancha,
Yo también valoro muchos mis libros, aunque es cierto que unos más que otros y que no con todos me "afecta" que no me los devuelvan.
Marci,
Pues te digo lo mismo que a Alegría, una joya, con valor sentimental, se llame libro o anillo .. vamos, que yo la pide. Dicen que más vale una vez colorao que ciento amarillo.
Anna,
Que curioso lo de la página 19, jajaa, que previsora, aunque quizás 19 antes del final les haría recordarlo mejor, jajaa.
Marisa,
Yo también compro muchos libros, y me prestan y presto, también me parece bonito compartirlos con algunos hasta necesario porque ¿para qué los quieres si no? Está bien que los disfruten los demás, ¡¡pero que los devuelvan!!.
De tiendas,
Palabra, palabrita que el post no va con segundas ni dirigido a nadie que lea este blog.
Emma,
Pero, ¿qué haces? ¿te niegas? Yo soy incapaz de decir que no, aunqeu si es un libro que aprecio y me gusta mucho sí insisto para que me cuiden.
Saha,
Jo***. Eso es lo que a mí no me cuadra, que pidas las cosas y se hagan los suecos, porque una cosa es una olvido y otra muy diferente esto, vamos. NO me extraña que te mosquees.
TE noto tensa con el tema, jajaaa.
Marsé,
NO recuerdo que a mis hijos les hayan pedido nunca un libro prestado, pero esta noche hago repaso.
Princesa,
A mí también me gsutó mucho cuando lo leí la primera vez. Ya la segunda no tanta, aunque es un buen libro.
Xavi,
Creo que es la mejor técnica: acoso y derribo, machacar, recordar, emiliar, llamar. Lo que haga falta si merece la pena.
¡¡Y no te sulfures!!
Caminantes,
Es verdad que algo te queda de ellos, debe de ser como en el amor, que cuando te abandonan del todo el sentimiento es más fuerte.
Chicos, he de decir que tengo en casa libros que me han prestado (esto es por si entra aquí mi amiga Marimar y se acuerda de los dos suyos que tengo). Y también tengo algunos prestados que sé que volverán a mí.
Libro prestado, libro perdido.
ResponderEliminarCuanto odio esto.
La verdad esque yo soy muy de prestar libros y que me presten. Siempre estoy leyendo alguno, e incluso a veces un par y sino, no ganaria para libros!! Pero ya he aprendido a hacerme la tonta con ciertas personas, que ya estoy harta de quedarme sin ellos! Tengo un par de lectores que NUNCA me han devuelto dos o tres joyitas. Pero he de decir que lo que mas rabia me dio, fueron unos pendientes que me regaló mi madre...un día los presté, y hasta hoy! Me pone mala este tema, porque igual que pides una cosa, tienes que molestarte en devolverla y sobretodo cuidarla. Siempre que me dejan un libro, lo forro para evitar que se estropee, y que decir cuando llevo alguna prenda y/o complemento prestado...vamos que vivo mas para ello que para otra cosa!
ResponderEliminarUfff este temita es delicado eh...
ResponderEliminarTruco: en una de las últimas paginas del libro que prestes, incluye una nota que diga: " Santa rita rita rita, lo que se dá no se quita...si ya lo has leido, dáselo a su dueña"
Aunque lo malo de esto es que no lo terminen de leer! ja ja ja...
Feliz martes
Storch,
ResponderEliminarMujer, no siemrpe es así, jajaaa.
Elena,
Eso de hacerse el longuis puede ser la solución. Y llevas razón, cuando te prestan algo de ropa, puff ¡¡que sufrimiento!! Yo casi que lo perdono.
Marite,
Entonces le ponemos el nombre en la portada, en la página 19 y al final el "santa rita, rita ..", jajaaa, así no creo que se escaquee nadie.
Tengo prestada una guía de viajes y un libro-guía de museo a una pareja. Están localizables. Sin embargo, un libro infantil que compré en Moyano y presté a una estudiosa del tema ha volado para siempre. Sé quien lo tiene, pero sé que nunca lo recuperaré y me da mucha rabia.
ResponderEliminarLos maridos, los coches y los libros no se prestan, es así.
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