Al mal tiempo, buena cara

Ayer pasé un día muy duro, uno de esos en que todo se pone cuesta arriba, de los de "tierra trágame", "¿qué he hecho yo para merecer esto?", o "¿por qué yo?", con dolor de cabeza, con un frio en el cuerpo que no conseguí quitarme en todo el día (¡a 16 de junio!) y un humor de perros. Lo que se viene a llamar, en lenguaje vulgar, un día de mierda. Con todas sus letras.

Y hoy tengo que hacer lo que esté en mi mano para cambiarlo, como por ejemplo:

- Recordar cada minuto que esta tarde será la última hasta el mes de septiembre.
- Y que el trabajo sólo es una parte de mi vida.
- Si me duele la cabeza, tomarme un gelocatil.
- Si tengo frio, abrigarme o poner la calefacción. Ya total ...
- Pintarme como una puerta.
- Hartame de proteínas. Lo necesito.
- Cocinar algo, un dulce, una bomba calórica, con chocolate.
- Si no me da la vida para cocinar, me como una tableta entera de chocolate y un donuts.
- Volver a recordar que mañana podré echarme la siesta, y pasado y al otro y al otro, hasta septiembre.
- Y dormiré, y dormiré y dormiré.
- Y todo lo que se me vaya ocurriendo.

Se admiten sugerencias.