Deciamos ayer

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Pero además, a la que vas a Ikea antes de llegar a los pasillos, antes de ponerte a buscar lo XXL y cargarlo en el carro sin laterales (gran invento ese de llevarte de casa impresa la lista de la compra), tienes que llenar la bolsa amarilla. Todo está colocado estrategicamente para que no salgas sin comprar. Lo siento pero esto me encanta. Mi vocación frustrada es el marketing y, en concreto, el merchandising. Qué no daría yo por devanarme los sesos pensando donde poner cada cosa. En fin ... sueños.

Lo bueno es que, rara vez compras cosas inservibles porque casi todo es muy práctico, así que me traje, esta vez a cuenta de mis propios riñones:

Unos tiestecitos monísimos para plantar los esquejes que he traído del sitio de mi recreo. ¿Agarrarán?

Otros cuantos apaños para mi vuelta al cole como estas notas de colores:

Y este cuaderno rosa que tiene las hojas en blanco pero incluye una falsilla (que lista es esta gente).

Además de estas cápsulas de papel tan monas para mi madalenas, que ya he estrenado.

Y estos moldes de silicona para idem.

Unos cortapastas de los cuales, de momento, sólo necesito uno.

Y un par de boles en acero inoxidable que desde que el mundo es mundo estaban diciendo "llevame".

Y es que la carne es débil y yo, señores, hace casi un mes que no piso un centro comercial.