Una de las cosas que me llaman especialmente la atención en este mundillo celiaco, es la excesiva preocupación por algunos a la hora de cocinar. No me refiero, por supuesto, a los cuidados que hay que tener, y a sustituir los ingredientes por los que se pueden consumir sin peligro, sino a hacer platos que en casa no se han comido jamás por el simple y mero hecho de que son sin gluten. Yo me atrevería a decir que el 80% de los alimentos que se consumen en todas las casas están libres de gluten o que se pueden hacer con mucha facilidad sin asumir riesgos.
Excluyo, por supuesto, el pan, en cuya elaboración muchos han afrontado el reto de conseguir que les salga uno comestible, y es que, francamente, la mayoría de los que están en el mercado dejan mucho que desear. Desmigan con facilidad, tienen cierto sabor dulzón y endurecen en poco tiempo.
Así que voy al grano. A mi hija le encantan las tortillas de camarones. Se muere por ellas, pero es cierto que no podrá comerlas en cualquier chiringuito de playa nunca más, así que esto hay que arreglarlo como sea y la forma es, simplemente, hacerlas como se han hecho toda la vida: con harina de garbanzo como ingrediente principal.
Dejo la receta e intentaré ir poniendo otras si el tiempo me lo permite, porque haberlas haylas.
Ingredientes
100 gr. harina de garbanzo
100 gr. harina de maíz
50 gr. camarones
1 cebolla
perejil
aceite de oliva
agua
sal
Elaboración
Se mezclan las dos harinas con aproximadamente 250 ml. de agua, se le echa sal al gusto y se mueve bien hasta que quede sin ningún grumo.
A continuación se echa en la masa obtenida la cebolla cortada finamente, el perejil y los camarones.
A continuación se fríen formando pequeñas tortillitas muy finas.
Este es el resultado:
miércoles, 8 de junio de 2005
La tortillita de camanores ¡¡oiga!!
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