No sé si es así exactamente el refrán, pero es un reflejo de dos situaciones en las que yo, como celiaca, no he sido víctima, sino verdugo.
Yo, que tanto reivindico mi condición de celiaca y pido comprensión y que me siento a la mesa con amigos que piden para compartir cosas que yo puedo comer, he tenido dos meteduras de pata en cuatro días.
En la primera ocasión una tía mía, y aunque yo no había dicho expresamente que fuera a ir, había preparado un dulce "apto para celiacos" y no les digné con mi presencia.
En la segunda ocasión, en una cena con dos amigas, centrada yo como estaba en elegir unos entrantes que yo pudiera comer (siempre me dejan a mí), olvidé por completo que una estaba embaraza y que tenía prohibido totalmente comer jamón serrano.
Ninguna de las dos se ha quejado ni me ha hecho ningún reproche. Es mi conciencia la que no está tranquila y me hace recapacitar.
Los celiacos nos quejamos mucho y no siempre ante quien nos tenemos que quejar, yo en concreto pienso que las exigencias sólo podemos tenerlas para con la Administración que es quien tiene que darnos garantías sobre nuestra salud, tanto a nivel de etiquetado, como de atención en la sanidad como de ayudas económicas, de integración, de no discriminación ... De lo que haga falta, que para eso están.
Pero ¿que podemos exigir a los particulares? ¿ que podemos exigir al señor de un restaurante que no está ducho en medicina ni en enfermedades? ¿que podemos exigirle cuando tiene un local abarrotado y no da abasto? ¿que podemos exigir a una amiga que no sabe cocinar y siempre lo apaña con una pizza? ¿podemos exigir que nos pongan pan sin gluten y que nos sirvan una cervecita nada comercial en cualquier bar?.
Mi respuesta es que no.
No podemos exigir nada, sólo esperar y confiar en la buena voluntad de la gente, en que se solidaricen con nosotros, en que el señor del bar de tu barrio sepa de tu problema y se enrolle con el aperitivo, y hasta que te pida la cerveza que puedes tomar y la tenga fresquita para tí; y en el restaurante donde nunca has ido que alguien con tu mismo problema haya pasado antes por allí o que el cocinero o el camarero quieran darte un buen servicio y que tu amiga cambie pizza por ensalada o filete.
Y que no se nos olvide nunca, si la montamos en un restaurante porque al señor de turno no le apetece freirnos las patatitas en aceite limpio, puede que el próximo celiaco que vaya a ese mismo sitio directamente sea etiquetado como del mismo club que el anterior.
Tolerancia empezando por nosotros mismos.
lunes, 16 de abril de 2007
¿Como era aquello? Ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio ...
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que tolerancia se puede tener,cuando un medico especialista en digestivo te dice que muchos celiacos no hacen la dieta sin,porque es muy cara nuestra medicina es el alimento y nuestro alimento nuestra medicina sanidad ,estado,quien nos cuida,estamos solos no existimos
ResponderEliminarEs evidente que no se ha entendido lo que yo quería trasmitir, porque he dicho, creo que claramente, que las exigencias tenían que ir en ese sentido y no contra el pobre señor de tasca que no ha oído la palabra celiaquía en su vida.
ResponderEliminarAsí que sí, lo reitero, tolerancia con el resto de humanos que viven en la inopia y no saben de nuestra enfermedad o no la tiene presente a cada momento.
¡Hola Hannah!, por supuesto que las quejas deben ir dirigidas a las Administraciones, comenzando por las Locales, Comunitarias y Nacionales, pero cuando en un bar pedimos que nos pongan un aperitivo sin gluten o que ya que vamos a pagar en el restaurante, nos indiquen si tal o cual planto puede tener gluten, no estamos quejándonos, estamos preguntando, estamos solicitando información, estamos divulgando la celiaquía… abriendo camino y como clientes, tenemos derecho a ser atendidos, o podemos elegir para nosotros y nuestros amigos otro establecimiento, pero así entramos en la lucha de la oferta y la demanda… si todos hacemos esto, es posible que alguno al ver que los celiacos solicitamos atención y si no nos levantamos y nos vamos… vea que su oferta no es buena y que nos está discriminando.
ResponderEliminarBesotes,
Por supuesto que se puede divulgar, en miles de sitios, con amigos, con la misma familia, en el cole, en restaurantes, en el super, donde haga falta, donde notemos que no existimos, pero vuelvo a decir lo mismo, en algunos lugares y ante algunas personas no podemos exigir, podemos, hasta puede que "debamos" pedir y explicar, pero no podemos ir con exigencias.
ResponderEliminarY sí, es la ley de la oferta y la demanda, no para nosotros como celiacos, sino para todo el mundo, volverás mil veces al bar de tu barrio donde te tratan bien o al restaurante donde te colmaron de atenciones y estuvieron pendientes de tí, pero es de como yo pago exijo no es así de tajante porque el señor del restaurante también tiene derecho a elegir sus clientes.
El cocinero del restaurante donde yo comía con mis compañeros del trabajo se desvive por mí cuando me ve, le he explicado qué cosas puedo y cuales no, siempre sale de la cocina y viene a la mesa a decirme que "a ver que te damos hoy", cuando duda me pregunta por ingredientes que ha echado en sus comidas. Yo creo que se pone hasta nervioso, de verdad. Trabaja en un restaurante donde dan menús, cientos a diario y yo me siento un incordio para él porque lo soy, porque interfiero en el normal desarrollo y ritmo de su trabajo, y no me gusta, me hace sentir mal.
Y a todas estas cosas es a lo que me refiero con lo que he escrito a que nosotros también tenemos que saber medir hasta donde porque no, no somos más que nadie, menos tampoco, pero por supuesto, nunca más.
Tienes toda la razón Hanna, hay que saber a quien se les debe exigir el conocimiento y disposición de nuestros derechos como celíacos. A las personas de a pie, amigos, familiares...etc...se les debe informar pero nunca exigir...y si tienen detalles con nosotros, no verlos como algo normal, ni natural, ni obligatorio, si no como un gran detalle hacia nosotros, de lo cual hay que estar siempre agradecidos.
ResponderEliminarMuchas veces exigimos a los demás lo que no somos capaces nosotros de dar. Anda que no hay personas cercanas a nosotros, con otras problemáticas y nos pasan muchas veces hasta desapercibidas, con lo poco que nos costaría tener de vez en cuando detalles con ellos.
No debemos sólo mirar nuestro ombligo, aunque si hay que luchar por hacernos un hueco y obtener los mismos derechos que cualquier ciudadano.
Hola, soy padre de 2 niñas celíacas de 5 y 8 años.
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo contigo.
Santi
¡Hola Hannah y Famalap!... Teneis razón, por supuesto que lo que tenemos que hacer es pedir y explicar, y por supuesto que no somos más que nadie, pero tampoco menos y eso es lo que muchas veces ocurre.
ResponderEliminarAdemás, cuando vamos a un restaurente, hablamos con el jefe de cocina, solicitamos saber si nos pueden atender, se nos dice que sí, y despues se nos pone por ejemplo una crema de verduras con un picatoste de pan frito encima, se nos sirve pan y se nos cobra ¿que hacemos?... pagamos y nos vamos.
Si a cualquier persona alergica a los calamares y con la tensión alta, solicita un filete de ternera sin sal, y le sirven un filete de ternera, con sal y con calamares rebozados (hace poco me ha ocurrido),¿que hace?... lo mismo que nosotros... reclama.
Solo eso no somos más, ni menos que nadie.
Si, Ana y Víctor!! Claro que hay que reclamar lo que nos corresponde. Por supuesto que si en un lugar se comprometen a atendernos como les pedimos (no exigimos), claro que hay que reclamar esa atención.
ResponderEliminarPero a lo que creo que se refiere Hanna y yo en concreto, es que no podemos exigir a nadie(amigos, familiares, restaurantes...) así de entrada a que se comprometan con nuestra causa, que sepan de qué hablamos y qué necesitamos...cuando nosotros muchas veces no somos capaces de ver que el que está a nuestro lado, también puede tener problemas, alimentarios o lo que sea.
Besazos!!
Bueno, venga, vale... ¡Teneis razón!.
ResponderEliminarMuchos besos.
Ana y Víctor Manuel.
Bitacoras nos daba muchos problemas, pero ahora en blogger posteamos menos ¿o no?.
ResponderEliminarBesos.
Ana y Víctor.
Hola , somos los unicos fabricantes de Venezuela que elabora unica y exclusivamente chocolates sin azucar y sin gluten
ResponderEliminarNo elaboramos nigun otro producto distinto para evitar la contaminacion cruzada en nuestra planta... los invito a conocernos ...
somos una alternativa
www.cacaoavila.blogspot.com
Hola Hannah, he vuelto... Coincido plenamente con lo que has puesto en tu post.
ResponderEliminarEs más creo que nos agarramos con la cara visible de un "vacío legal" que no nos tiene en cuenta. Y de esa forma, quienes tienen que trabajar para proteger nuestra salud e inclusión social, nunca se enteran...
A quejarse al responsable, el Estado que nos representa!!!
Cariños.
Otra cosita... una a veces está tan inmiscuida en nuestras propias dificultades que ya se siente "negada" ante cualquier evento que incluya comida...
ResponderEliminarEsto de no conseguir nuestras cosas tan fácilmente y de que no sea conocido por todos hace que nos centremos inconcientemente en nuestro problema... ¿Te acuerdas cuando contaste que a tu hijo ya no le comprabas pan con trigo? Algo así como ser discriminado por no ser celíaco...
Creo que eso es porque no nos sentimos bien, sino como excluidos y en minoría... así que estamos todo el tiempo pendientes de proveernos nuestras cosas.
Hay días y días. Eso me pasó al principio... ya no, y donde no me hacen mis papas fritas en sartén limpio, me levanto y me voy. Porque eso es sólo falta de voluntad...
Cariños de nuevo.
¡Hannah¿, ¿Estas bien?... Te hechamos de menos en la "blogosfera celíaca".
ResponderEliminarEsperamos que la Comunión y todo te vaya de maravilla.
Besotes.
yo nunca he exigido nada, hoy he leído una nota de un chico que decía que en el albergue donde se había alojado se habían limitado "a comprarle pan sin gluten". ¡Yo nunca he ido a un hotel/albergue donde me comprasen el pan! (salvo una casa rural donde me dieron una sorpresa hace seis meses, con 31 años y más de 30 de celiaquía a cuestas). No me enfado con los que no conocen la enfermedad, tampoco conozco las implicaciones de ser fenilcetonúrico, por poner un ejemplo. Es normal que no se conozca la celiaquía, pero sí reclamo que no me miren como si fuera un bicho raro o una exigente con la comida.
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