Los sábados: cocidito madrileño

Dice una gran amiga mía que un cocido sin bola es como una coca-cola sin gas, un asco. Dice también que si vas a uno de los grandes restaurantes de Madrid especializados en cocido madrileño, verás salir plato tras plato sin que aparezca la ansiada bola y que, por este motivo, le parecen todos una estafa. Que hay uno que incluso se llama "La Bola" que no pone bola. Esto ya es el colmo de los colmos (esto lo digo yo). Y dice, y ahí la tengo que dar otra vez la razón, que si le dedicas cuatro horas a hacer un buen cocidito resulta absurdo no gastar 15 minutos más en prepararla.

A mí me encanta la bola. Cuando era pequeña comía fatal, y mi madre me endiñaba con los garbanzos un par de buenas bolas para que por lo menos llevara algo al estómago aparte de la sopa. Ahora me pasa al contrario, la sopa no me va mucho, pero el resto del cocido, me pierde, casi me atrevería a decir que es uno de mis platos favoritos, si no el que más. Será también que mis hijos se lo comen también con mucho gusto, y no son, precisamente, de los que dé gusto verlos comer.

Hace tiempo que tengo la bola adaptada el mundo sin gluten con bastante buen resultado. No uso pan rallado, que es lo que llevaría la receta tradicional porque todavía no he encontrado uno sin gluten que esté medio decente, prefiero rallar un pan que me guste o que haya hecho yo misma.

Esta es mi receta:

• Dos huevos
• 1 pan ciabatine de Schär
• 2 dientes de ajo
• Perejil
• Sal

Se baten los dos huevos, se les añade el ajo, el perejil, la sal, y el pan rallado (también se le añaden unos trocitos de la carne del cocido, chorizo, tocino ... eso al gusto). Se calienta aceite en una sartén y se van añadiendo cucharadas de esta masa. Se frien hasta que estén doraditas. Se le añade al cocido para que cueza un rato con él y ¡¡voilá!!!. Listo para servir.