jueves, 21 de julio de 2011

Basado en hechos reales (de ayer sin ir más lejos)

Cuando llegó le comunicaron que esa tarde merendarían chocolate con bizcochos (ella sin ellos). Una de las tías, a la que llamaremos A en atención a la edad, se había encontrado quince euros en un antiguo monedero de la abuela. Allí debían de llevar cuatro, quizás cinco años, desde que ella se fue. Tuvo dudas. Profanar el monedero debía de estar muy cerca de profanar a los muertos.  Que si “me da no sé qué”; que si “con esto que hacemos”; que si “dirán que quien soy yo para gastarlos “. ¡Bah! Paparruchas. Quince euros ni siquiera dan para mucho, divididos entre ocho si los incluimos en el montante de la herencia, menos aun. Digamos que hoy en día no dan para nada, pero para chocolate con bizcochos sí y también son los herederos los que se lo comen.

Pero ella quería tomar el sol y pensó que antes de tan importante evento le daría tiempo. Tomar el sol no es una chorrada que se pueda hacer de cualquier manera. No es llegar y ponerte. Hay que prepararse. Hay que preparar y coger todo lo que te hace falta para estar tumbado sin hacer nada. Y una vez que está todo, que ya has llegado y has puesto la toalla, tampoco es tumbarse y ya. Hay que sacar lo que hace falta: el libro, el lápiz, el móvil y, si fumas, el tabaco, porque en la calle, al aire libre, todavía está permitido fumar. Y hay que proteger del sol lo que está mejor en la sombra: la cabeza y la vaselina principalmente.

Y cuando lo consiguió, cuando pensó que estaba en el paraíso, con los ojos cerrados, disfrutando de veintipocos grados pero con sol, aparece ella, la tía A, que ya tiene el chocolate, que es pronto, pero es que le ha surgido un recado. Ni cinco minutos llevaba. Remolonea. “Anda que, hasta que bajen todos ….” , piensa. Y de repente ¡zas! Una hormiga, una pedazo de hormiga roja, le mete un bocado en el muslo.

Y si resulta que has leído “Maldito Karma” (y ella lo había leído), que lo tienes reciente (y ella lo había terminado esa misma noche) y que te has enterado de que un humano se puede reencarnar en una hormiga piensas:

- ¡Hostias! Ya está la abuela metiendo prisas.

Fin

Aclaración: La tía A se recorrió tres tiendas hasta que dio con el chocolate apto para la sobrina N y la sobrina nieta E.

9 comentarios:

  1. jajaja, segurísimo que era la abuela. ;)
    Besos
    Emma

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  2. !!Como las gasta la abuela !! ¿Ya era así antes de reencarnarse?
    Yo soy la tia A y en ese caso, vuelo que no corro a comprar lo que haga falta.
    Muy buena historia para empezar el dia con una sonrisa :))

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  3. Jajajaja Buenisima tu historia...Y que envidia los 25°C y sol

    Besos Alejandra

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  4. Espero que no matara a la la hormiga/abuela, porque entonces... seria homicidio ¿no? Aunque siendo en defensa propia después de un mordisco...
    jajajja
    Bsotes
    Sonia

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  5. Si es que estamos en período de ahorro...y ya sabes que las abuelas de antes miraban mucho el dinero. Tenías que haber buscado un buen colchón y la hormiga reencarnada no te hubiera hecho nada. Que ni la penitencia de la procesión te sirvió.
    Besos

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  6. Me tengo que leer ese libro! ja,ja,ja...

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  7. Ojito con la abuela!!!
    Me encanta tu historia y que maja tu tía buscando un chocolate apto para tí.
    Besotes
    Coquelicot

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  8. Y a mí que no me gustó nada Maldito karma???
    La historia que cuentas sí, eh?? jaja.
    Besos.

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  9. Ahora me han dado ganas de leer el libro... que buena esta historia, a veces la realidad supera a la ficción.

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