De cervezas

En estos días pienso en cerveza por dos motivos:

El motivo número uno es que estoy sufriendo en mis carnes, igual que sufrí la obra de la M-30, la demolición de la fábrica de Mahou en pleno centro de Madrid. Se resienten especialmente mis oídos, que están soportando el estruendo de la maquinaria necesaria para hacer desaparecer un edificio de hormigón armado y mi pituitaria, que ya no sabe a que huele este barrio. A veces apesta y a mí me ha dado por pensar que deben de ser los restos de lo que quede ahí de la fermentación de la cebada.¡Y lo que nos queda!

Me gustaba la Mahou.

El motivo número dos es que se dice, se cuenta, se rumorea que la cerveza Coronita es considerada como apta para celiacos en paises como México, pero que en España no nos la certifican, ni analizan ni nos la dan como opción. ¿Por qué? Yo como soy mal pensada pienso que ya tienen hecho su apaño con las cervezas que sí están certificadas: Ambar y Estrella (por cierto que cualquiera de estas dos me gusta más que una Coronita, que siempre me ha parecido una cerveza para gente que no le gusta la cerveza y que está más floja que una Shandy). Como, repito, soy muy mal pensada no entiendo todavía el porqué no salen a la luz todas esas marcas que el fallecido Dr. Méndez dijo haber analizado y que habían perdido el gluten en su proceso de fermentación; y también pienso que se aprovechan de la mucha gente que no consume mas que lo que viene en el librito que, previo pago de su importe, todos los asociados tenemos.

Y termino pensando que, aunque me guste más otra cerveza con más sabor, a pesar de que yo soy más de coca-cola y vino que de cerveza, la Coronita es la mejor opción para cuando salimos, porque las otras ¿donde están aparte de en el supermercado y cuatro sitios contados?, y que no estaría de más analizarla por nuestros propios medios. Pero, un kit de análisis casero cuesta entre 50 y 70 euros. Otro rejón para el bolsillo del celiaco. Quizás a escote entre varios ... Dicho queda.