martes, 4 de septiembre de 2012

Tocada y hundida

Cuando una mujer va a una boda apenas deja nada a la improvisación. Ha elegido cuidadosamente el vestido, los zapatos, el bolso y el peinado. Ha pensado bien dónde va y con quien se va a relacionar y quiere estar a la altura. Si está lejos, se desplaza lo que haga falta para acompañar ese día a su familia. No importa sin son 650 km. o 1.000 km, porque algunas mujeres no hacen pereza para nada y los viajes largos no le parecen un sacrificio si el destino merece la pena. Tampoco importa que dos días antes haya recibido malas noticias porque el mar sabor de boca de éstas se le va a quitar con la fiesta. Ha buscado una peluquería en una ciudad extraña para ella en estos menesteres, se ha procurado un chófer que la lleve y que la traiga porque con el armatoste que se ha plantado en la cabeza no puede conducir. Ha planchado, se ha quitado hasta el último pelo de su cuerpo, se ha hecho manicura y pedicura y va a lucir el moreno de un par de semanas de playa. Las tiritas por si le rozan las sandalias, un pintalabios para retocarse, pañuelos de papel y el móvil es todo lo que entra en ese bolso minúsculo que acompaña su modelito. Y allá va. Se siente bien. 

Cuando sale de la iglesia, después de la soporífera ceremonia, empiezam ya a invadirla sus miedos. Es mejor comer algo antes de ir al lugar de la celebración. Esa mujer ha estado ya en muchos eventos y tiene la desgracia de ser celiaca. Mientras media España ha vuelto a la lana y al calcetín la temperatura que ella soporta alcanza los 34º. Por suerte para ella el vino fino no es su favorito y la cerveza no la puede beber, así que se libra de la borrachera descomunal que se puede pillar una persona que está pasando un calor horrible, que siente que puede morir deshidratada mientras ve pasar las bandejas de comida no apta para ella. La pesadilla se prolonga hasta las cuatro de la tarde.

Su hija ya se le ha acercado quince veces a decirle que tiene hambre, le pide paciencia y espera que tengan más suerte en la comida. Sólo el aire acondicionado del salón supone un alivio para ella porque cuando a una mujer que ha comido cuatro gambas y dos virutitas de jamón serrano le ponen, a las seis de la tarde un filete de pechuga de pollo a la plancha con cuatro rodajas de tomate, lo que se le queda es cara de gilipollas. Eso sí, una gilipollas elegante.


Tocado: Tócame Mika

22 comentarios:

  1. Me encantó esta foto cuando la vi, ya no sé si en Instagram o dónde. Jajajaj. Estabas ESPECTACULAR.
    Hoy tengo una quedada glutenfree, para ir a no sé qué pastelería para celiacos, así que me he acordado de tí, jajaja, ya te contaré... ;)

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    Respuestas
    1. Y eso que no me ves de cara y con mi costillo al lado, jaaa!

      Quiero detalles de tu quedada glutenfree!

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  2. No sé si aplaudirte, por lo bien contado, o llorar por lo pasado... Déjame que te diga que en tu estilo, nadie te gana. ¡Genial! ¡Sencillamente genial!

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  3. Yo la verdad es que no entiendo una cosa... ¿Cómo no estuvo a los pies de semejante belleza el maître?.. Al final la culpa fué del custodio marido.

    Bueno.. en serio... Una vergüenza que habría que hacer saber a los encargados.

    Besotes.

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  4. Ya estas expectacular de espaldas como tenia que ser da frente!!! Me encanta el tocado.

    Lo del pollo sin comentarios....

    Besos Alejandra de vuelta

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  5. Me quedo sin palabras!!! Decepcionante por parte de la organizacion de la boda. Ahora ibas espectacular!!! Por lo menos por detras....

    Besos

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  6. Desde luego es mala suerte porque no es tan complicado atender bien a un celiaco, contra!

    Hace dos sábados tuve boda y desde luego puedo decirte que comí exactamente lo mismo que el resto de invitados, incluso lo que se tomó en el cóctel; ya se encargó mi amiga de dar la brasa, ya (también he de decir que era una finca que lleva un restaurante muy puesto en el tema celiaco).

    Había una persona pendiente de mí en todo momento, pendiente de que no me faltase de nada, que los aperitivos me llegasen más o menos al tiempo que a los demás invitados. Eché en falta la cerveza pero lo compensé con el vino blanco.
    En el postre no comí obviamente la misma tarta que el resto pero a cambio me pusieron un trozo de tarta de yema y fruta troceada.

    Por lo que veo es cuestión de suerte.... y lo siento mucho, pero sobre todo de que los novios se pongan las pilas teniendo en cuenta nuestras necesidades.

    Un abrazo.

    Por cierto, ibas divina total!

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  7. Qué mala suerte... ahora guapísima ibas un rato. No creo que sea tan dificil acondicionar un menú. Yo creo que el problema es que no tienen ni idea, yo les habría montado la mundial. Vamos hasta la cocina me meto si hace falta. Ánimo!

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  8. Gracias por el enlace y, como madre del tocado, corroboro lo dicho por los demás : Mucho estilo.

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  9. Qué triste!!!!! Un menú en absoluto acorde con tu elegancia. Ibas guapísima!!

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  10. Primero no he podido parar de reír.... después me ha sabido mal por tí. Con todo lo que tú te has esforzado, tus anfitriones se podían haber puesto las pilas C _ _ _ !!!
    Eso sí, estoy con la mayoría a elegancia no te ganó nadie.

    De vuelta a casi la normalidad :)

    Marse

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  11. No nos queda otra que tomarlo con buen humor! Y tú además con muchísima elegancia!!!!
    Bsotes
    sonia

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  12. Joder, ay perdón. Menos mal que el humor no lo pierdes, hija
    Besos
    Emma

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  13. jaja que buen humor porque a mi las bodas me cabrean que no puedo con ellas!!!
    eso si, a parte de ser la que menos comistes en la boda, eras la mas elegante sin lugar a dudas, me ha encantado la foto

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  14. Pues estabas guapísima, eso no te lo quitan.
    Y eso de ver pasar las bandejas de canapés mientras tú te conformas con una gamba... uffff... es lo peor. Sobretodo porque normalmente los cócteles se alaaargaaan y una está que ya no puede más de hambre. Y claro, los triskis no caben en el minibolso... Pero lo del pollo a la plancha ya es de órdago, qué tristeza, para matarlos. Vamos, digo yo que por lo menos un solomillo ¿no?
    En fin, vamos a tener que ir con el tupper hasta en las bodas.

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  15. bufff, y cuantas veces nos seguira pasando lo mismo?

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  16. qué tristeza que pasen estas cosas ahí en España que están a siglos luz adelante de nuestra latinoamérica... mi hija ha ido a varias fiestas de 15 y como en la primera -en la que esta madre se empeñó en llamar a la madre anfitriona para pedirle comida y ella en tratar de ajustarlo con la gente del catering- le sirvieron cosas muy distintas del resto de invitados ... y nada peor para una adolescente que saberse distinta de la masa... pues a los siguientes cena en casa antes de salir y toma un desayuno a su regreso... excepto en una fiesta en la que los anfitriones la llamaron para decirle que no se preocupara por la comida que lo suyo ya estaba pedido y había otros 2 celíacos... fue estupendo... le llevaban bandejas cerradas y etiquetadas con sandwches aptos, cuando los demás comieron empanadas a ella tb le dieron (también etiquetadas...) pero vaya si habrá camino por recorrer!!!
    Bueno y por cierto, celebremos la elegancia de esa invitada!!!

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  17. Que triste... da una rabia tremenda...................
    Eso si bien elegante que ibas!!!!!
    un besito

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  18. Muchas gracias a todas por los comentarios ... ¡¡y por lospiropos!!

    Y muchas gracias también por comprendernos. Se hace un poco duro esto cuando ocurren cosas como la que he contado, pero tenemos que seguir intentando normalizar nuestras vidas y que estas cosas dejen de ocurrir porque dejar de molestarnos, de momento, no puede ser.

    En mi descargo, y para no parecer más quejica de lo normal diré que la pechuga de pollo me parece uno de los platos más tristes del universo.

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  19. Hola, me siento súper identificada, hace justo un mes fui yo también a una, se supone, súper boda y me pasó exactamente lo mismo, si había cinco platos para comer a mí sólo me tocaban 2, porque el resto era con gluten o simplemente no lo sabían si era o no para celíacos, digo yo que se supone que deberían esforzarse un poquito al menos para saber si es o no así ya que los novios hicieron la petición del menú mucho tiempo atrás. ¡¡Un desastre!!, y picada sólo podía comer una cosa y mi "plato principal" por no decir único era un solomillo reseco sin acompañamiento, ¡así de chulos! y de postre no había porque tarta no podía comer,a pasar hambre después de haber pagado un precio de una "cena espectacular", porque no creo que les haya costado más barato a los novios, por si acaso no les pregunté, aunque en realidad debería haberlo hecho. En fin que quejándome al maître me trajeron al fin un plato de fruta cortadita porque mi novio se empeñó y menos mal ;))

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  20. Hola yo no soy celiaca por suerte porque solo me faltaba eso,pero tengo intolerancia a la lactosa y en este tema estan mas retrasados aún ya que se piensan que el problema es la leche y nó tambien son los excipientes,aditivos y conservantes con sus multiples numeraciones y que pueden llevarlo cualquier alimento ó materia prima así como los envasado y enlatados ya sea fruta,verdura ó preparados,ahora no me importa tanto pues he pasado de ser vegetariana a ser vegana pero tengo el mismo problema que antes con la lactosa ó vosotras con el gluten,parece que molestes cuando dices soy vegana,tengo intolerancia a la lactosa y no como esto ni esto ,seguro que a vosotras os pasa igual,nos miran como bichos raros ó si le decimos una trola,y lo que mas me molesta a mi es que no se esfuerzan en nada...en su caso en la boda quien le invito podia haber pedido menu sin gluten para sus invitados celiacos que menos...me solidarizo con vosotras en lo que a mi me pertañe,un saludo.

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  21. Te entiendo perfectamente, este finde yo también he estado de boda, pasando un calor horroroso y además convaleciente. Pero como yo ya me conozco el percal, mi política de siempre es llevar el taper. Claro, eso significa que mi mulo de carga personal ha tenido que llevarme la mochila (¿A dónde vas con un modelito y una mochila si no?) y que has tenido que cargar con una bolsa de plástico toda la mañana.

    A pesar de que me tenían hecho un plato de arroz. Del que no comí, porque se ha acabado hacer el tonto, confiar en que la gente lo haga bien y luego estar toda la fiesta encerrada en un cuarto de baño.

    No sabes lo bien que te entiendo...

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