Adaptar algunos platos "con" a la "niucuisine sin" (toma ya) no es precisamente coser y cantar.
La croquetas, por ejemplo. Es que no, vamos, si por algo dicen (y estará demostrado y todo) que el gluten es el que da elasticidad. Dar una forma típica de croqueta a una "sin" es casi misión imposible. La masa no pega, no es maleable, al menos con harina de maiz que es lo que yo utilizo para ellas. Si ya es un engorro de por sí hacer este plato hay que sumarle un obstáculo más, como si fueran poco trabajosas de hacer.
Menos mal que de vez en cuando se te enciende una lucecita. Yo he solucionado este problema cortando la masa directamente, como toda la vida hemos hecho la leche frita en casa. Las partí en cuadraditos, las rebocé con huevo y luego las pasé por los copos de puré y oyé, tan ricas y además presentables que me quedaron.
El resultado es algo parecido a esto.
Ahora. Explicales a los niños que son croquetas.
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